Egresado de la Maestría en Musicoterapia online de UNIR, mejora la calidad de vida de sus pacientes valiéndose de la música como mejor herramienta. Mario Alfredo Ayabaca es el único y primer musicoterapeuta en el Ecuador con formación profesional en psicología clínica y en música.
La música es una manifestación artística que busca despertar emociones, en su máxima expresión acercase al deleite. Aunque también puede conseguir efectos gratificantes sin pretenderlos en su origen; incluso amansa a las fieras, o al menos eso dicen. Lo que sí está cada vez más claro, y en alza, es su uso en el ámbito clínico por sus contrastados resultados terapéuticos.
Bien conoce las derivadas positivas de su aplicación, el quiteño Mario Alfredo Ayabaca Sarria, egresado de la Maestría en Musicoterapia online de UNIR. Con la idea en su cabeza de abrir en el futuro un centro de atención clínica, busca la mejora del estado de salud y bienestar de sus pacientes con todo lo aprendido en este posgrado. Un paso de gigante en la consolidación de su trayectoria profesional, según manifiesta con cierto orgullo: “Al momento soy el único y primer musicoterapeuta con formación profesional en psicología clínica y en música en el Ecuador”.
La Maestría me ha permitido adentrarme en mi interés por la doble conexión con las personas a través de la mente y de la música. Mario Alfredo Ayabaca, egresado de la Maestría en Musicoterapia online de UNIR
Ya contaba con dos licenciaturas, en psicología clínica y artes musicales, y la maestría ha venido a poner la guinda a su formación, para aplicar experiencias musicales y las relaciones que se desarrollan a través de ésta en el ámbito profesional. “Me ha permitido adentrarme en mi interés por la doble conexión con las personas a través de la mente y de la música. Por otro lado, también ha supuesto un crecimiento personal en responsabilidad y disciplina en el seguimiento online de las clases, así como de aprendizaje amplio en el uso de herramientas innovadoras para desarrollar altas capacidades”, reconoce.
De aprender con UNIR destaca su metodología, la cual le ha posibilitado “tener luz en campos de estudio que desconocía, al mismo tiempo libertad como estudiante para proponer lo que quería hacer en los trabajos, orientados por un claustro de profesores de alta calidad”.
TFM publicado en revista especializada
En el bagaje del alumno Ayabaca está un TFM que recoge los conocimientos terapéuticos y los diferentes recursos que se utilizan en la práctica de la musicoterapia. Este mérito ha merecido publicarse en la revista especializada ‘Mi Sostenido’ de España. “En el trabajo abordo el estrés entre los estudiantes universitarios, analizo sus factores, como la carga de trabajo o la forma de evaluación, y ofrezco pautas para la mejora de su bienestar por medio de la música”, subraya.
El TFM del alumno de UNIR se ha publicado en la revista de musicoterapia ‘Mi Sostenido’ de España.
Gracias a su posgrado, entendió que se puede identificar escalas de estrés incluso entre los músicos, un lugar común en su vida tras pasar por el conservatorio y convertirse en barítono. De ahí su agradecimiento por “el gran nivel académico ofrecido en la maestría para formular ciertas metodologías de tratamiento a pacientes, situadas a la vanguardia. Es un punto del estudio que realmente me fascinó”.
No obstante, la musicoterapia en Ecuador es aún incipiente, “básicamente no se conoce o se malinterpreta, se piensa que es escuchar música y relajarse”, dice el magister. Lo constató cuando hizo un estudio de mercado que vislumbrara sus pasos en esta nueva área clínica. “La mayoría desconoce que la musicoterapia pretende cambiar el rol pasivo o receptivo de la música por un papel protagónico con ella, donde los pacientes hacen música, improvisan musicalmente o crean sus propias canciones”, explica.
Descubrir la musicoterapia
La clave, como casi todo, está en el conocimiento. “Generalmente, mis pacientes acuden a mí como psicólogo clínico, pero cuando les detallo en qué consiste la musicoterapia se animan a tratarse con ella”. En ese proceso de cura sostiene que es fundamental la voluntad de ellos a someterse a la novedad terapéutica y saber escucharlos.
“Con estas dos premisas podemos pensar luego en obtener resultados clínicos específicos, que hasta se pueden traducir en generar mejores procesos de atención y memoria en enfermedades degenerativas como el Alzheimer, con radio de acción sobre el hipocampo que es donde se guardan los componentes auditivos; u otros resultados en procesos de identificación y conciencia de las emociones, vinculados a cuadros de esquizofrenia”, resalta.
Apoyado en el carácter científico de la maestría -abre un paréntesis cariñoso hacia la asignatura Métodos y fundamentos de musicoterapia que repasa con perspectiva general su evolución histórica-, Mario Alfredo no pasa por alto otros potenciales efectos clínicos de su área de estudio. “Acompañé a mi padre a su sesión de rehabilitación física y detecté que un ambiente determinado por elementos sonoros se pueden propiciar la coordinación de movimientos y sintonizar la frecuencia cardíaca en las personas que lo necesitan”, comenta.
Ayabaca conecta las áreas de la salud mental y del arte musical con los campos clínico, educativo y social.
También se atreve a extenderse en argumentaciones de índole educativa en la que la musicoterapia sirve de herramienta válida para potenciar habilidades lingüísticas y de memoria. Aprovecha, de paso, para romper una lanza por la enseñanza en general, “medio esencial para el progreso de todas las personas”, y por la enseñanza recibida de UNIR en particular, “cuyo objetivo eficiente e inequívoco es que el estudiante se dedique a estudiar”, señala con énfasis.
Aplicada al campo social
En el mundo globalizado en el que nos desenvolvemos, el experto eleva la musicoterapia a una misión socializadora del encuentro, de lograr puntos de unión y empatía con otros, al mismo tiempo que la terapia suma otra nueva labor, la de interpretar el lenguaje corporal. “Ejercicios con música estimulan gestos, reacciones de las personas que dicen mucho, incluso muestran esa vulnerabilidad donde la parte psicológica del proceso terapéutico tiene campo para actuar”, hace notar.
La Maestría en Musicoterapia le ha enseñado a su poseedor evitar el reduccionismo. “La música creada por el paciente, igual da inspirada en Bach o en ACDC, buscará un ritmo y un efecto concreto, por ejemplo, reducir el estrés, pero siempre respondiendo a una motivación individualizada de lo que significa la canción para cada persona, no extrapolable para todos que padecen un similar problema”, precisa.
No parece que sea la Inteligencia Artificial la que ofrezca soluciones mágicas en las sesiones de musicoterapia dirigidas por el egresado de UNIR, “aunque puede ayudar mucho en recoger información que a veces se nos escapan como terapeutas, pero tienen limitantes en los aspectos cognitivos y emocionales. En cualquier caso, la IA depende de lo que nosotros les enseñemos como seres humanos”, reflexiona finalmente.
Mi sueño es crear un centro de salud mental y musicoterapia. Mario Alfredo Ayabaca, egresado de la Maestría en Musicoterapia online de UNIR
La formación adquirida con su maestría marca la hoja de ruta de Mario Alfredo, quien ya aplica modelos innovadores en el campo de la musicoterapia y la investigación asociada a ellos. Sus dos pasiones, la psicología y la música se cruzaron y se unieron en su camino para formar un perfil profesional único en el país. Ahora espera materializar un sueño, Calmia, su centro de salud mental y musicoterapia que, como su nombre sugiere, invita a encontrar la calma, como una brisa tranquila en la orilla del mar.
