Un aspecto básico en el aprendizaje es el desarrollo del pensamiento de los alumnos. Analizamos su importancia y las metodologías para su estimulación.

Como maestros, una de las grandes responsabilidades es apoyar a los alumnos y alumnas para impulsar su desarrollo físico, emocional y cognitivo. Por tanto, una de las aristas a las que se atiende en la escuela es al desarrollo del pensamiento en los niños. En UNIR abordamos su importancia y las distintas metodologías para su estimulación.
El ser humano tiene la capacidad de desarrollar el pensamiento, es decir, una aptitud natural para pensar y comprender tanto el entorno que lo rodea como sus propias emociones y percepciones. Para lograrlo, utiliza la información que percibe a través de sus sentidos y la transforma en información que puede analizar, memorizar y compartir. Gracias a estos procesos de pensamiento, las personas afrontan y resuelven las situaciones y problemas que se le presentan a diario. Además de las capacidades naturales para el desarrollo del pensamiento, la educación juega un papel clave para estimularlo, orientarlo y potenciarlo.
Importancia del desarrollo del pensamiento
El desarrollo del pensamiento en la infancia es importante porque establece las bases para el aprendizaje, la toma de decisiones y la resolución de problemas. Durante esta etapa, el cerebro de los niños está en constante crecimiento, lo que les permite absorber información, formar conexiones y desarrollar habilidades como el razonamiento lógico, el análisis y la creatividad. Estimular estas capacidades desde una edad temprana les ayuda a comprender su entorno, tomar decisiones informadas y resolver conflictos de manera efectiva.
Además, un pensamiento bien desarrollado potencia habilidades sociales y emocionales, como la empatía, la autoconfianza y la comunicación. Los niños que aprenden a reflexionar sobre sus emociones y acciones son más seguros, colaborativos y adaptables. Fomentar el pensamiento crítico y creativo no solo mejora el rendimiento académico, sino que también los prepara para enfrentar con éxito los desafíos de la vida cotidiana, formando adultos reflexivos y con mayor capacidad de innovación.
Etapas del desarrollo del pensamiento en los niños
Para el correcto estímulo y orientación del desarrollo del pensamiento de los niños es necesario atender a la etapa vital en que se encuentra. El psicólogo e investigador Jean Piaget realizó una clasificación de este desarrollo en cuatro etapas que, en resumen, consiste en:
Etapa sensorimotora (0-2 años)
Los niños conectan con su entorno a través de su cuerpo y almacenan esa información sensorial en su cerebro.
Etapa preoperacional (2-7 años)
El niño es capaz de formar imágenes mentales que le llevan a desarrollar el lenguaje oral y escrito. También desarrolla su capacidad espacial, la creatividad, la imaginación y la memoria histórica, poniendo en palabras sus recuerdos.
Etapa de operaciones concretas (7-11 años)
Los niños ya elaboran pensamientos concretos y son capaces de utilizar la lógica para llegar a conclusiones.
Etapa de operaciones formales (12 años en adelante)
Las personas son capaces de utilizar la lógica para llegar a conclusiones abstractas, no ligadas con un caso concreto.
Además de este desarrollo por fases del pensamiento, la psicología diferencia y clasifica los tipos de pensamiento según la tarea o finalidad a la que se destina. Así, una clasificación habitual es la que identifica nueve tipos de pensamiento: analítico, lógico, crítico, reflexivo, sistémico, analógico, creativo, deliberativo y práctico.
Metodologías para potenciar el pensamiento
El desarrollo de cada uno de estos pensamientos se produce a medida que el niño crece. Además de las actividades que ayudan al desarrollo conjunto de la mente del niño y de sus capacidades motoras, se han creado metodologías que se aplican en el ámbito educativo para potenciar el desarrollo concreto de alguno o varios de estos tipos de pensamiento. Algunos ejemplos de metodologías para el desarrollo del pensamiento orientadas a que los niños alcancen la autonomía y la capacidad de decidir por sí mismos son:
Aprendizaje basado en el pensamiento (TBL)
El objetivo de esta metodología es que los estudiantes aprendan un temario definido, pero que al tiempo desarrollen otras destrezas y habilidades que puedan utilizar en el futuro. A través del estímulo dirigido, los niños potencian su pensamiento crítico, analítico y creativo, superando así las metodologías de estudio basadas en la memoria y en las que el alumno es un sujeto pasivo.
Con este sistema, los niños sabrán manejar los recursos disponibles para razonar y tomar una decisión adecuada a la situación. Esta metodología requiere a los estudiantes poner a funcionar sus capacidades para comunicarse, escuchar e interpretar toda la información que ofrece su entorno.
Aprendizaje basado en el problemas
La metodología de aprendizaje basada en problemas contribuye al desarrollo del pensamiento lógico y matemático. Consiste en plantear problemas o retos adaptados a la edad y desarrollo del alumno y motivar a los niños para que encuentren la solución.
Método de las disertaciones
El método de las disertaciones plantea al alumno un punto a debatir y sobre el que deben construir una redacción, con una exigencia de dificultad adaptada a su edad, en la que aborda un punto de vista fundamentado. A través de este tipo de actividades se estimula el pensamiento analítico, creativo, reflexivo y crítico.
En un momento de grandes cambios motivados por los avances tecnológicos es clave impulsar el desarrollo del pensamiento en los niños para lograr que sean adultos capaces de razonar y tomar decisiones independientes. Para los maestros de Educación Infantil y Primaria, así como para los profesores, es fundamental estar al día en las metodologías educativas más novedosas y utilizadas, además de por la relevancia de su tarea como educadores, por las múltiples salidas laborales que garantiza la formación continuada. En este sentido, especializaciones en educación como la Maestría en Estimulación Temprana y Desarrollo Infantil Online de UNIR, pueden ampliar la perspectiva transdisciplinar y capacitarte para favorecer el progreso educativo en edades tempranas.