Estas dos ramas de la genómica nutricional contribuyen a combatir la obesidad gracias al conocimiento del perfil genético individual, lo cual permite diseñar dietas personalizadas.
Los avances en la genética y la genómica han desembocado en la aparición de nuevas disciplinas de estudio dedicadas a mejorar la calidad de vida de las personas. Entre ellas, destacan la nutrigenética y la nutrigenómica, las cuales forman parte de la genómica nutricional.
Es importante recordar que la nutrición es el proceso biológico mediante el cual los organismos obtienen de los alimentos los nutrientes empleados para abastecer al cuerpo, proporcionar energía a las células y controlar el metabolismo. Esto implica que la dieta afecta al estado nutricional de la gente, así como la incidencia de distintas enfermedades.
Para establecer cuál es la alimentación más adecuada para cada persona es necesario acudir a la genética nutricional, un área de estudio basada en la profunda relación existente entre genes, nutrición y salud. Esta rama de la genética busca ayudar a comprender la respuesta metabólica de cada persona a los alimentos ingeridos y el posible efecto que tendrán en el organismo. De esta forma, se pueden establecer necesidades nutricionales individuales.
En Ecuador, un país preocupado por garantizar la salud de las personas, el estudio y la aplicación de la nutrigenética y nutrigenómica cobra gran importancia. Pero, ¿qué son exactamente estas subáreas de estudio?
Nutrigenética
La nutrigenética se dedica a investigar las variantes genéticas que producen determinadas enfermedades, su riesgo y cómo están asociadas con la ingesta de nutrientes.
Como ciencia aplicada se encarga de personalizar la nutrición en función de la predisposición genética de los individuos. Para ello, analiza las variaciones genéticas presentes en las personas y el cómo responden a la ingesta de ciertos alimentos específicos.
A la hora de recomendar una dieta personalizada es necesario tomar en cuenta el perfil genético del paciente y las variaciones en la metabolización de los nutrientes. Así, los profesionales de la nutrición son capaces de proponer una alimentación que minimice las posibilidades de contraer una determinada enfermedad.
Nutrigenómica
Por su parte, la nutrigenómica analiza la manera en la que los alimentos y sus nutrientes afectan a los genes de los individuos. La idea básica detrás de este concepto es que un fenotipo sano podría convertirse en un fenotipo con disfunción crónica debido a la interacción con las proteínas y las enzimas ingeridas con los alimentos.
Las diferentes clases de dietas podrían desencadenar distintos resultados debido a la forma en la que modifican el material genético. De esta manera, se podrían prevenir la aparición de ciertas enfermedades metabólicas –de carácter cardiovascular, cáncer u obesidad, entre otras– gracias a la introducción de ciertos cambios en la alimentación.
Uso de la nutrigenética y nutrigenómica para combatir la obesidad
Según los datos arrojados por la encuesta STEPS en 2018, realizada por el Ministerio de Salud Pública, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 63,6 % de adultos de ambos sexos en Ecuador presentó sobrepeso y obesidad. Esta cifra es una muestra de la importancia de combatir la acumulación excesiva de grasa corporal, la cual resulta perjudicial para la salud.
Entre las personas que sufren obesidad es común escuchar que, a pesar de que mantienen una dieta saludable y balanceada, no consiguen bajar de peso. Esto se debe a que la obesidad es una enfermedad crónica multifactorial en la que los genes juegan un papel relevante. En 2016, se habían detectado unos 140 genes que hacen susceptible a una persona de padecer obesidad, en función de las variaciones genéticas que ha heredado.
Derivado de lo anterior, la nutrigenética y nutrigenómica juegan un papel muy importante en el combate al sobrepeso y la obesidad, ya que permiten diseñar dietas personalizadas y optimizadas en función de los resultados de los análisis genéticos realizados con muestras de saliva.
Los expertos calculan que un plan dietético personalizado de acuerdo al ADN permite lograr una pérdida de peso hasta 3,5 veces mayor que otro tipo de alternativas. Gracias al empleo de las nuevas tecnologías, la humanidad cada vez está más cerca de combatir la epidemia mundial que supone la obesidad.
Es necesario señalar que las personas que se hagan una prueba genética no tendrán una pérdida de peso automática, tendrán que seguir realizando un esfuerzo por cambiar sus hábitos. Se sigue requiriendo de la guía de profesionales que hayan estudiado una Maestría en Estudios Nutricionales de Precisión y Epidemiología Nutricional, como la que ofrece UNIR Ecuador reconocida por la SENESCYT, que sepan interpretar los resultados y sean capaces de elaborar una dieta apropiada en función de las necesidades de cada paciente.