La exalumna de UNIR nos cuenta cómo logró obtener su Máster, mantener su trabajo y lidiar con las molestias comunes del embarazo como el sueño y la fatiga.
Cuando Sandra Machuca inició su Maestría en Comunicación e Identidad Corporativa en UNIR tenía claro que debía distribuir su tiempo entre el trabajo y los estudios, pero lo que no sabía es que también iba a tener que combinar esas tareas con la maternidad
“A esta experiencia la califico como sacrificada y satisfactoria a la vez. Es como todo en la vida, para alcanzar los grandes sueños debes hacer extraordinarios esfuerzos”, menciona la exalumna de UNIR.
Sandra Machuca nació en Zamora Chinchipe, una provincia de la Amazonía, al sur del país. Desde muy joven supo que quería ser periodista y que debía superar barreras para conseguirlo. La falta de universidades en su ciudad hizo que tuviera que trasladarse a vivir por cuatro años a Loja, lejos de su familia, para cursar su carrera universitaria.
No resultó fácil estar lejos de sus padres, sus amigos y su tierra, pero sabía que el sacrificio valdría la pena. Sandra consiguió su título universitario y regresó a Zamora a ejercer su carrera. Fue corresponsal de los canales RTS y Ecuador TV. Además, trabajó para la Radio La Voz de Zamora.
Junto a cuatro compañeros periodistas y su esposo, después fundaron la empresa Estrategia Z de comunicación corporativa. También funciona como un medio informativo, pues no querían dejar de lado el periodismo. Ahí empezó su nueva meta, Sandra y sus socios tenían como objetivo brindar un buen servicio a sus clientes, así que decidieron estudiar una Maestría en Comunicación.
Debido a que la empresa estaba en Zamora, le resultaba imposible viajar a otra ciudad a estudiar como lo hizo para el pregrado. Así que Sandra, junto a su socia y esposo, se inscribieron en la maestría en Comunicación e Identidad Corporativa en línea en UNIR.
Fue la mejor elección que pudimos hacer. La verdad es que si no teníamos una opción como la que nos ofreció UNIR, no hubiésemos podido estudiar, recalca Sandra.
Antes de comenzar las clases, Sandra planificó su tiempo para que los estudios no interfieran con su trabajo (y viceversa). De pronto, un día se sintió un poco mal de salud y visitó a un doctor. Después de realizarse pruebas de sangre los resultados determinaron que estaba embarazada.
Fue una noticia inesperada para ella y su esposo, pero sin duda, también maravillosa. A partir de ese momento ya no solo debía compaginar su trabajo con sus estudios, sino también con todo lo que implicaba su embarazo.
Por las mañanas Sandra debía ir a trabajar a la radio. Por las tardes seguía sus clases en UNIR y se dedicaba a sus tareas en el hogar. A ellas se sumaban las molestias comunes por su estado, como las náuseas, fatiga y sueño. “Fue complicado llevar adelante todas las tareas y la maternidad, pero era lo mejor que me estaba pasando, así que lo hice” comenta.
Hubo un momento en que Sandra estuvo a punto de tirar la toalla y dejar su maestría de lado, pues el Trabajo de Fin de Máster (TFM) conlleva trabajo de campo. Después del parto, su energía había disminuido. Sin embargo, sintió que si abandonaba los estudios iba a defraudar a su hijo, quien lo había acompañado dentro de ella todas las largas noches de estudio. Así que decidió seguir adelante.
Cuando viajó a Quito a rendir su TFM, fue la primera vez que tuvo que dejar a su bebé, pero estaba tranquila pues su madre lo iba a cuidar hasta su regreso. En el viaje la acompañó su esposo, quien también estaba cursando la maestría en UNIR. Él la esperó afuera hasta que terminara su defensa. “Mi madre y mi esposo fueron los pilares fundamentales para esta maestría”, asegura.
Cuando ella salió, su esposo no tuvo que preguntarle si había aprobado, pues su cara y sus saltos de felicidad lo decían todo. Sandra describe ese día como uno de los más felices de su vida, pues para llegar a ese momento había tenido que recorrer un largo y difícil camino… ¡y lo logró!
Ahora dirige la empresa de comunicación Estrategia Z junto a sus socios, es directora de comunicación de la Gobernación de Zamora Chinchipe y es madre a tiempo completo de un niño de un año y medio.
Sandra recomienda a todas las mujeres que están o estarán en su situación que no se den por vencidas. Siempre habrá opciones para trabajar, estudiar y ser madres. “Cuando más difícil se pone la situación es porque estamos intentando llegar a una gran meta y será una historia que siempre recordaremos con orgullo y que la contaremos a nuestros hijos”, concluye.
