Recientemente, López estuvo de visita en Ecuador para dictar un taller sobre “Evaluación de las Políticas Públicas” en la Asamblea Nacional y la Secretaría Nacional de Planificación.
Aida López es experta en investigación social y docente del Máster Universitario en Intervención Social en Sociedades del Conocimiento de UNIR. Se ha desempeñado durante muchos años como investigadora en la Administración Pública de España. Además, trabajó en el Observatorio de Estudios y Datos de la Consejería de Inmigración y Cooperación de la Comunidad de Madrid; en la Concejalía de Promoción Económica; y en la Concejalía de Mujer e Igualdad.
Recientemente, López estuvo de visita en Ecuador para dictar un taller sobre “Evaluación de las Políticas Públicas”, organizado por la UNIR. En el evento académico participaron funcionarios de la Secretaría Nacional de Planificación y legisladores de la Asamblea Nacional.
En una pausa de su intensa agenda de actividades establecidas durante su visita a Ecuador, la docente accedió a la siguiente entrevista para hablar sobre la trascendencia de evaluar las políticas públicas y las leyes que se llevan a cabo en el país.
P:- ¿Cuál es la importancia de evaluar las leyes y las políticas públicas en un país como Ecuador?
R:-La importancia radica principalmente en garantizar la calidad de las políticas públicas y las leyes. Evaluar nos permite determinar tres factores. Primero, cómo se han diseñado; segundo, cómo se han llevado a cabo y cómo se han implementado. Por último, la evaluación otorga la posibilidad de extraer los resultados y conocer el impacto que han tenido en la sociedad.
Además, la falta de evaluación de una política pública reside en el abandono de esta. Se puede diseñar una política y un proyecto de ley, pero pueden quedar en un papel. Si dejamos las leyes en un mero diseño no estamos viendo su desarrollo y no estamos comprobando su vida. Solamente con una herramienta como la evaluación, que tiene un carácter científico (basada en evidencias empíricas) se puede llegar a comprobar su eficacia.
P:- ¿Quiénes son encargados de evaluar las políticas públicas?
R:- Generalmente la administración pública establece que haya equipos de evaluación internos porque facilitan el acceso a esa información de gran volumen. Los funcionarios de las instituciones son grandes conocedores de las distintas áreas donde obtener esa información. Por eso son fundamentales en este proceso. Pero lo ideal sería llevar a cabo evaluaciones mixtas con un equipo interno y un consultor externo. Solo su coordinación entre sí garantizará una evaluación objetiva.
P: – ¿De qué otras maneras podemos asegurar que las evaluaciones sean transparentes y objetivas como has mencionado?
R:- Creando equipos de personas que estén formadas o instruidas en lo que es un proceso de evaluación. No olvidemos que la evaluación viene de la investigación social. Es decir, está puesta a disposición de las administraciones públicas. Al estar al servicio de ellas, el componente científico marca esa garantía de objetividad. Eso sólo se logra con una formación específica independientemente de que provengan de áreas con un determinado conocimiento. Pueden ser funcionarios de la salud, pero también deben tener el entendimiento que se exige generalmente para diseñar evaluaciones y aplicarlas.
P:- ¿La evaluación puede ser efectiva al momento de combatir la corrupción?
R:- La corrupción, a diferencia de la evaluación, es algo que se ha institucionalizado en muchos países. La evaluación evidentemente puede ser efectiva en la lucha contra la corrupción. Al momento que incluimos en la norma a la evaluación estamos generando un principio de honestidad y de transparencia que lleva tiempo implementar, pero hay que empezar cuanto antes.
Sabemos que hay distintos niveles gubernamentales y a veces la corrupción se da en los niveles más bajos como las municipalidades. Por eso es tan importante que en la evaluación participen todos los funcionarios con cargos altos, medios y bajos. A medida que se muestran las cuentas claras y que se demuestra que existe transparencia por parte de los gobiernos y de las instituciones podemos reducir la corrupción.
P:- Llevar a cabo una evaluación tiene un costo económico alto ¿Cómo convencemos a los Gobiernos para invertir en estos procesos?
R:- Yo insisto mucho en que evidentemente se necesita una partida presupuestaria para la evaluación, pero no lo debemos ver sólo en términos de gasto. Tenemos que entender que es una inversión con un resultado positivo a nivel económico. Si hacemos buenas evaluaciones estamos gestionando bien los fondos públicos y estamos garantizando la eficiencia de todas las intervenciones que se hace desde la administración pública. La evaluación no solo garantiza la calidad, sino que permite que las políticas públicas no se dupliquen.
El invertir en procesos de evaluación nos puede parecer excesivo en un principio. Pues se requiere capacitar a equipos para profesionalizar la evaluación. Además, hay que adquirir dispositivos tecnológicos para recoger esa información. Pero a largo plazo se reducen mucho los costos debido a que ya contamos con el talento humano y las herramientas de evaluación.
P:- ¿Es necesario crear leyes que determinen el carácter obligatorio de la evaluación?
R:- De hecho, en la constitución del Ecuador del 2008 está contemplada la evaluación. Si revisamos también las competencias del poder legislativo o ejecutivo también aparece la evaluación. Lo que hace falta es empezar a ponerla en práctica y que la Asamblea y otras instituciones públicas integren la evaluación como obligatoria a través de reglamentos internos. Ecuador ahora está en proceso de aprobación de la Ley de Creación de Oportunidades, si se llegara a aprobar tienen la gran oportunidad de implementar la evaluación con este proyecto.
La eficiencia de un Gobierno no se mide con el número políticas públicas y leyes expedidas, se mide con la eficacia y la coherencia que tiene cada una de ellas con la realidad y las necesidades de un país.
P:- Muchas instituciones y políticos temen ser evaluadas ¿Cómo reducimos ese miedo?
R:- Esto solo se puede lograr reformulando a la evaluación en positivo. Debemos hacerles comprender que la evaluación no busca fiscalizar o retirar políticas públicas, sino que sirve para alertar de las posibles desviaciones de los objetivos. Se debe implementar la evaluación desde el principio y en su desarrollo debemos demostrarle al político que este proceso nos lanzará alertas para modificar aquello que esté funcionando de manera incorrecta y que gracias a esto podrá alcanzar los objetivos e impactar de manera positiva en la sociedad.
P:- Para conocer los impactos positivos o negativos de una política pública en la sociedad se debe evaluar dentro de 5 años. Tomando en cuenta que el cambio de Gobierno y la Asamblea Nacional del Ecuador es cada 4 años ¿Cómo garantizamos que el siguiente gobierno de turno evalúe las leyes dictadas en periodos anteriores?
R:- Un nuevo Gobierno y Parlamento debe iniciar su primer año haciendo evaluaciones para instaurar una cultura evaluativa en la administración pública y en la sociedad. Eso permitirá que todos los mensajes que vengan de los nuevos gobiernos sobre el cambio o eliminación de la evaluación sean rechazados por los legisladores y por la misma ciudadanía
Hay que empezar a implementar procesos de evaluación sistematizados en el país. Creo que para Ecuador es el momento oportuno de empezar a trabajar y no dejarlo para el final de la legislatura que inició sus funciones hace algunos meses. Además, el nuevo Gobierno puede demostrar que todas las decisiones de estrategia política están basadas en una evidencia objetiva y científica que queda alejada de la ideología.
P:- ¿A quién se le debe rendir cuentas?
R:- A los responsables de las instituciones, a las personas que estuvieron implicadas en la implementación de las políticas y sobre todo, a la ciudadanía. La información debe estar disponibles en las páginas web de los ministerios o instituciones que hayan llevado a cabo estas políticas públicas. No se debe tener miedo a mostrarlas, porque cuando se hace una evaluación al final se extraen recomendaciones y conclusiones que ponen de manifiesto que se han detectado ciertas incidencias que se pueden mejorar.
P: – ¿Cómo se puede despertar el interés de la ciudadanía en la rendición de cuentas o evaluación de las políticas públicas?
R:- La ciudadanía está cansada de un mensaje político que no tiene fundamento. Crear una cultura de evaluación significa lanzar al ciudadano un mensaje claro que no solo hable de las buenas intenciones, sino de una rendición de cuentas que le explique en dónde se han invertido sus impuestos y cuáles han sido los resultados. Estoy segura de que al ciudadano ecuatoriano le gustará saber cómo ha disminuido la pobreza y cuánto ha costado hacerlo. Esto cambiará la mentalidad del ciudadano hacia el político. A las personas nadie le ha hecho saber que el político se debe al ciudadano y que eso se logra con la evaluación.
P:- ¿Conoce de casos de éxito sobre evaluación de políticas públicas en otros países?
R:- Los referentes son los países anglosajones como Estados Unidos y Reino Unido. Si acudimos a documentos de estos países vemos cómo ya tienen implantada la evaluación como una parte más de la política pública.
En Europa también es de obligado cumplimiento la evaluación dado que están alineados con todas las directrices que marca la Comisión Europea. En el caso de España, se puede decir que estamos como a medio camino. Recién entramos en el año 80 en la Unión Europea y tuvimos que hacer un esfuerzo para incorporar la evaluación en la administración pública.
Mi recomendación es usar como referente la documentación de la Comisión Europea, ahí vienen incluidos los manuales de cómo evaluar y establece los indicadores globales cómo el de la pobreza. Yo tomaría esos ejemplos internacionales y los adaptaría a la realidad de Ecuador.