La Maestría en Orientación Educativa Familiar online de UNIR habilita a futuros especialistas en el asesoramiento y orientación positiva demandados por las familias. Una actividad profesional en auge que permite escalafonar en el ámbito educativo.
Como parte de una sociedad en continua transformación, el ámbito familiar experimenta cambios profundos que demandan, cada vez más, una perspectiva profesional capaz de atenderlos en las distintas etapas que atraviesa como grupo.
La Maestría en Orientación Educativa Familiar de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) da respuestas a estas necesidades y conflictos, con un programa completo y pormenorizado en los campos del asesoramiento, la orientación y la mediación familiar.
Son ya 14 ediciones donde el estudio, a través de una metodología cien por cien online, ha dotado de la formación y las herramientas idóneas a cientos de alumnos para ofrecer un acompañamiento personalizado a las familias en la educación de sus hijos y lograr un modelo educativo familiar de éxito.
En palabras de Carmen Martínez Conde, directora de la Maestría, “la familia, entendida como agente socializador principal y entidad primaria de la educación, necesita el apoyo de personas cualificadas que sepan orientarla y que conozcan su realidad. Por eso, una formación sólida resulta indispensable para todo aquel que trate con ellas y que sea capaz de dar soluciones realistas y objetivos alcanzables” resalta.
La maestría sirve de preparación para el concurso docente de méritos y oposición del Ecuador.
Además de los conocimientos que adquieren los educadores con el aprendizaje de un área educativa en auge, la maestría sirve de preparación para el concurso docente de méritos y oposición del Ecuador. No obstante, se trata de una titulación europea oficial convalidable por la SENESCYT, lo que puede facilitar el ascenso en el escalafón docente.
Valores de una sólida formación
Si algo debe caracterizar a quien quiere dedicarse a la orientación educativa familiar es transmitir confianza a todos aquellos que necesitan de su experiencia y saber. La base formativa es crucial para ello y mostrarse como un profesional competente, humano y cercano está en el espíritu del Máster en Orientación Educativa Familiar online.
El posgrado cuenta con todas las garantías para proporcionar un aprendizaje alrededor de un claustro de profesores experimentado en la disciplina, sustentado en la calidad y actualidad de los contenidos, así como en la preminencia práctica de la enseñanza fundamentada en casos y problemas inspirados en la vida real. Con esta didáctica innovadora se alinea un plan de estudios enfocado en el conocimiento hondo y eficaz del funcionamiento de las familias, para que los estudiantes formados en el aula virtual avalen lo aprendido en su quehacer profesional cotidiano.
Aún sin acabar, Guillermo Castillo Maldonado, licenciado en Educación, opera en una fundación internacional con programas contra la pobreza en los que ya puede aplicar los conocimientos adquiridos en la maestría. “Intervención Familiar y Evaluación es una asignatura que me sirve mucho porque es una forma empírica de experimentar cómo debe ser un profesional dedicado a la orientación familiar. Con la maestría siento que estoy pasando a un nivel superior en mi trabajo”, declara. También destaca el apoyo prestado por la figura del tutor personalizado de UNIR en el éxito de su proceso formativo: “Mi tutora siempre me acompaña en mi trayectoria académica y en las dudas que pueda tener durante el curso”, subraya.
Maximizar habilidades y conocimientos
De la mano de un docente y dentro de una ruta formativa en la que se encajan las asignaturas innovadoras y actividades diseñadas para resolver problemas reales, los estudiantes maximizan en clase sus habilidades y conocimientos como futuros orientadores educativos familiares. “El carácter interdisciplinar de esta titulación hace que sea posible dar respuestas a los alumnos en función de sus áreas de interés y de desarrollo personal”, resalta Martínez Conde.
Las familias necesitan el apoyo de personas cualificadas que sepan orientarlas y que conozcan su realidad.
Esta forma de trabajar permite incorporar en el estudiante competencias como son las habilidades comunicativas, la creatividad y la gestión de equipos, junto con el desarrollo de un proyecto personal que propicie elaborar un porfolio propio como orientador educativo familiar.
El Trabajo Fin de Maestría traduce esta finalidad y plasma la dedicación y el esfuerzo del alumno para convertirse en un experto en el asesoramiento y análisis de modelos educativos familiares, así como en desarrollar un plan de acción que influya positivamente en la formación de los hijos.
De esta forma encamina su TFM María Camila Torres Ochoa, madre de tres hijos e ingeniera comercial retirada, con el que quiere orientar a las familias de los empleados que trabajan en la fábrica de su esposo. “El estudio me proporciona las herramientas para ponerme en la situación de las familias, cada una con realidades distintas, para entenderlas, empatizar con ellas y ofrecer soluciones”, señala.
Recién iniciada en la maestría, destaca su forma de abordar la prevención de problemas con un plan familiar de futuro y cómo las asignaturas se entrelazan unas con otras: “Son vasos comunicantes con los casos habituales en el entorno familiar”, dice. También resalta que, aunque su campo profesional ha sido otro, la formación que está recibiendo le anima a ejercer como orientadora familiar en los talleres de padres que organiza y en colegios en un futuro cercano.
Enfoque práctico y facilidades de estudio
La experiencia de la alumna es una muestra del enfoque práctico y sistémico de la titulación de UNIR, basado en la atención de cada persona a la que se orienta. Aparte de adquirir competencias profesionales, se potencia la formación en habilidades propias de cada área de acompañamiento familiar desde una visión respetuosa y responsable.
La Universidad ofrece facilidades para su estudio, incluido herramientas específicas para educar a nativos digitales y la posibilidad de adelantar seis créditos antes del arranque del curso académico con el Plan Ahora.
Además, la Universidad ofrece facilidades para su estudio, incluido herramientas específicas para educar a nativos digitales y la posibilidad de adelantar seis créditos antes del arranque del curso académico.
Gracias al Plan Ahora se puede estudiar la asignatura Experiencias Pedagógicas como un anticipo del aprendizaje en el bienestar familiar y la orientación educativa a la familia, así como a organizar, dirigir y evaluar Escuelas de Familias. En éstas se acompaña a los padres a detectar las necesidades educativas de sus hijos y se presta ayuda para mejorar su rendimiento académico.
Sesión para padres y profesionales
Las amplias prestaciones que ofrece la Maestría en Orientación Educativa Familiar y el valor del conocimiento acumulado en sus estudiantes para ayudar a las familias, mueve a UNIR a organizar el próximo 13 de junio un seminario dirigido a padres y profesionales, el cual puede seguirse por streaming registrándose aquí.
En esta sesión se plantearán cuestiones relevantes sobre la misión insustituible de ser padres.
La figura de los padres como referentes en la vida cotidiana de sus hijos es uno de los temas del Seminario.
Participada por Carmen Martínez Conde, coordinadora académica del Máster Universitario en Orientación Educativa Familiar de UNIR, y Rómulo Nivardo López Seminario, presidente de la Confederación Ecuatoriana de Establecimientos de Educación Católica (CONFEDEC), ofrecerán en la sesión argumentos a los padres de familia para que puedan desempeñar su rol como formadores, así como motivarles a ejercer su responsabilidad con seguridad e ilusión. Los padres necesitan y piden el acompañamiento de expertos en orientación familiar ante los nuevos problemas que afectan a sus hijos.
“La presencia del orientador educativo familiar es fundamental, para que las personas puedan contar con un referente que sepa inspirar en ella modelos de desarrollo y de esperanza en sus capacidades, así como en la figura que les motive hacia un cambio en positivo”, concluye Carmen Martínez.