La transición hacia las energías renovables se ha convertido en un tema crucial en el contexto actual, especialmente en países como Ecuador, que enfrenta una crisis energética severa y una urgente necesidad de diversificación, coincidieron expertos del sector en un Foro UNIR.
La dependencia de fuentes de energía no renovables, combinada con fenómenos climáticos como sequías prolongadas, ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de los sistemas energéticos tradicionales.
Este escenario obliga de una manera urgente a los Estados a diversificar las fuentes de energía y adoptar alternativas sostenibles que no solo mitiguen los problemas actuales, sino que también promuevan un desarrollo económico y social más resiliente, según pusieron de manifiesto los expertos que participaron en el Foro UNIR sobre los ‘Retos y oportunidades en la transición hacia las energías renovables’.
Este tipo de energías, como la solar, eólica, hidroeléctrica y biomasa, ofrecen una solución viable y sostenible para solucionar la crisis energética. Son fuentes prácticamente inagotables y su uso contribuye a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, un factor clave en la lucha contra el cambio climático.
“Los mercados energéticos son globales y la participación de las energías renovables, aunque está creciendo de una forma acelerada, sigue siendo muy reducida frente al petróleo, el carbón y el gas”, explicó Juan Carlos Blum, CEO de la consultora especializada Efficacitas y Master of Science, Energy Management & Enviromental Policy.
Este experto, que abrió el Foro UNIR con un exhaustivo trabajo de situación global del sector energético, afirmó que “se van a acometer inversiones masivas en los próximos años el sector eléctrico, así como en el siglo XX se hizo con el petróleo. La razón es que seguimos aún muy lejos de los objetivos para frenar el calentamiento global y que casi el 75% de las emisiones de gases de efecto invernadero tienen su origen en la energía, como consecuencia del uso de los combustibles fósiles. Si bien el área andina genera menos del 1% de las emisiones”.
La transición energética se resume hoy y en el futuro en una sola palabra: electricidad. Y la clave del sector eléctrico es la diversificación. Juan Carlos Blum.
El CEO de Efficacitas aseguró que “la transición energética se resume hoy y en el futuro en una sola palabra: electricidad. Y la clave del sector eléctrico es la diversificación”, dijo.
Más allá de la energía hidroeléctrica
Blum destacó, en referencia al Ecuador, “el potencial que sigue teniendo la energía hidroeléctrica, a diferencia del resto del mundo, dónde empieza a escasear”. Aún así, subrayó que el presente y futuro de la energía en Ecuador pasa por diversificar el mix de las fuentes energéticas y también las tecnologías de generación: “Ecuador cuenta con un vasto potencial hidroeléctrico, el problema es que ha dependido históricamente de esta fuente de energía para satisfacer más del 70% de su demanda energética. Por eso, la diversificación es esencial“.
Siguiendo con esta idea, Lorena Bracho, coordinadora de Eficiencia Energética en EP Petroecuador, puso de relieve que “Ecuador ha apostado fuertemente por la energía hidroeléctrica debido a su alto potencial, pero esta estrategia ha ignorado la necesidad de adaptarse al cambio climático. Una cuestión que ha llevado a una vulnerabilidad ante fenómenos extremos, como sequías, que afectan a la infraestructura energética”.
Según comentó, “la alta rotación de personal en el sector público ha dificultado la implementación de una estrategia energética a largo plazo. Esta falta de continuidad ha resultado en cambios frecuentes en la dirección de la política energética, lo que impide una planificación efectiva”.
En el Foro UNIR dedicado al futuro de las energías renovables en el Ecuador, Bracho enfatizó sobre “la importancia de identificar y abordar los temas específicos de adaptación al cambio climático en todos los proyectos energéticos, tanto los ya ejecutados como en los futuros”. Además, destacó la necesidad de una visión más integral y sostenible en la planificación energética en Ecuador.
En coincidencia con Blum, su análisis hizo hincapié en “la diversificación de la matriz energética como elemento crucial para mitigar los riesgos asociados con la dependencia de una sola fuente de energía, como la hidroeléctrica”.
En el caso de Ecuador, el aprovechamiento de su potencial hidroeléctrico ha sido significativo, pero la falta de diversificación ha expuesto al país a riesgos severos, como se ha evidenciado en la reciente sequía que ha impactado la generación de energía, explicó. Para esta experta, el desarrollo de las tecnologías en el sector de energías renovables no solo tiene el potencial de garantizar un suministro energético más estable y seguro, sino que también es una forma poderosa de impulsar la economía local.
La creación de empleos en el sector de las energías renovables es un motor para el desarrollo social, ofreciendo nuevas oportunidades laborales y fomentando la capacitación en un campo en constante evolución. Lorena Bracho.
Además, los presentes en el Foro UNIR coincidieron en señalar que las empresas que dependen de la producción continua de energía pueden beneficiarse de las fuentes renovables, lo que a su vez les permitirá mantener sus operaciones y contribuir al crecimiento económico. “La creación de empleos en el sector de las energías renovables puede ser un motor para el desarrollo social, ofreciendo nuevas oportunidades laborales y fomentando la capacitación en un campo en constante evolución”, dijo Bracho.
Seguridad jurídica
Sin embargo, la transición hacia un modelo energético más sostenible no está exenta de desafíos. Según estos expertos, es necesario un marco regulatorio que fomente la inversión en energías renovables y garantice la participación de todos los actores involucrados, desde el Gobierno hasta la comunidad empresarial y la propia sociedad. Asimismo, se requiere un esfuerzo conjunto para educar y sensibilizar a la población sobre la importancia de adoptar prácticas sostenibles y el uso eficiente de la energía, coincidieron en señalar los expertos.
Las energías renovables representan una solución sostenible frente a la crisis energética que enfrenta Ecuador y muchos otros países de la región. La diversificación de las fuentes de energía no solo contribuirá a la seguridad energética, sino que también impulsará el desarrollo económico y social. Para lograrlo, según los expertos participantes en el foro, “es imperativo que se adopten políticas y estrategias que promuevan la inversión en energías renovables, garantizando así un futuro más sostenible para las generaciones venideras”.
Michelle Barney, directora de Operaciones en Renergeia, compañía especializada en el diseño, construcción y mantenimiento de plantas fotovoltaicas a gran escala en Latinoamérica y Europa, con proyectos operativos en una decena de países, puso el foco en su intervención en la importancia del sector privado, tanto nacional como extranjero, en el desarrollo de las energías renovables en el Ecuador. “Es fundamental para impulsar la transición energética del país, como se ha demostrado en otros tantos ejemplos que existen hoy en el mundo”, afirmó.
Para impulsar la transición energética del país es fundamental el sector privado. Pero sin un marco político estable, la inversión en el sector energético se puede ver comprometida. Michelle Barney.
En este obligado camino hacia la generación y uso de energías limpias, Barney señaló que “la falta de una agenda de gobierno clara y definida, junto con la incertidumbre política, ha impedido que los inversionistas se sientan cómodos y confiados para invertir en energías renovables. Esto ha limitado hasta ahora la diversificación de la matriz energética en el país”.
Por eso, esta experta enfatizó que es crucial establecer reglamentos y directrices que generen confianza entre los inversionistas para facilitar la transición hacia las energías renovables. “Sin un marco político estable, la inversión en el sector energético se puede ver comprometida”, reveló.
En el contexto actual de Ecuador, como quedó reflejado en el Foro UNIR, se hace evidente la necesidad de implementar incentivos para el uso de energía renovable. A medida que el país enfrenta desafíos en su infraestructura eléctrica y cortes de luz, es fundamental considerar alternativas energéticas que no solo alivien la carga de la red eléctrica, sino que también promuevan un desarrollo sostenible. “La energía solar, en particular, se presenta como una opción viable, dado que Ecuador cuenta con altos niveles de radiación solar, especialmente en provincias como Loja”, apuntó Barney.
La necesaria apuesta por la energía solar
Uno de los puntos más destacados en la discusión sobre la energía solar es la falta de claridad en el marco regulatorio ecuatoriano. La implementación de incentivos dentro de la normativa interna es esencial para que tanto hogares como pequeñas empresas puedan adoptar paneles solares y otras formas de energía alternativa, señalaron los expertos. Estos incentivos no solo facilitarían la transición hacia energías renovables, sino que también fomentarían una mayor participación de la sociedad en la búsqueda de soluciones energéticas sostenibles. La educación y el conocimiento sobre el uso de energías alternativas son cruciales para que la población comprenda los beneficios de estas tecnologías y se sienta motivada a adoptarlas.
La posibilidad de establecer centrales solares que produzcan más de 100 MW en Ecuador es una cuestión que merece atención. La inversión en plantas de generación solar, tanto centralizadas como descentralizadas, podría transformar el panorama energético del país. Sin embargo, para que las empresas extranjeras se sientan atraídas a invertir en este sector, es necesario que existan políticas claras y favorables que faciliten su participación. Esto incluye el establecimiento de marcos regulatorios que garanticen la viabilidad económica de los proyectos solares y que promuevan la colaboración entre el sector público y privado.
La importancia de la formación
Pero la necesaria transición de las energías convencionales a las energías renovables no solo implica un cambio en la infraestructura energética, sino también en la educación y en la formación de capital humano. “La necesidad de ingenieros, técnicos y especialistas en diversas áreas relacionadas con la energía en Ecuador es evidente”, señalaron los expertos.
Desde ingenieros hidráulicos y mecánicos hasta expertos en telecomunicaciones y redes inteligentes, la variedad de perfiles requeridos es amplia y diversa. Esto refleja la complejidad del sistema energético, que abarca desde la generación hasta la distribución y el servicio al cliente.
En este encuentro se hizo hincapié en que la incorporación de nuevas carreras y programas de especialización en las universidades ecuatorianas es un paso fundamental para satisfacer esta demanda. Sin embargo, como se destacó también, aún queda un largo camino por recorrer en este sentido. “La cooperación internacional y el financiamiento para la transferencia de conocimiento y tecnología son esenciales. Permitir que los profesionales ecuatorianos se especialicen en el extranjero y traigan de vuelta sus conocimientos es una estrategia que puede acelerar el desarrollo de capacidades locales”, se destacó especialmente.
A modo de conclusión, los tres expertos coincidieron en el Foro UNIR en subrayar que las energías renovables representan una solución sostenible frente a la crisis energética que afrontan Ecuador y muchos otros países de la región. “La diversificación de las fuentes de energía no solo contribuirá a la seguridad energética, sino que también impulsará el desarrollo económico de estos países”.