La decana de la Facultad de Educación de UNIR repasó ayer en la inauguración del “Encuentro de Líderes Iberoamericanos por la Educación” en la sede del OEI en Madrid los progresos educativos que se aplican poco a poco en el presente, y que tienen como fin último garantizar la felicidad de los niños, el bien más preciado de cualquier sociedad.
Más de 30 expertos internacionales en Educación participan esta semana en el “Encuentro de Líderes Iberoamericanos por la Educación” para compartir experiencias educativas y debatir en torno a la formación superior de calidad en distintos territorios iberoamericanos.
El evento está organizado por la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) y la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI). A su inauguración de ayer acudieron representantes de organismos e instituciones internacionales del ámbito educativo de Colombia, Ecuador, Perú, Panamá y España. La encabezaron Mariano Jabonero, secretario general de la Organización de Estados Iberoamericanos, y Rafael Puyol, presidente de UNIR.
También estuvieron presentes Juan J. Leal, director de convenios de cooperación de la OEI, e Isabel Díaz-Vidal, vicerrectora de Desarrollo e Impacto Económico de UNIR.
Elena Martínez Carro comenzó su intervención “La innovación educativa como proceso transversal en la educación” con una declaración de humildad: “Sobre este tema saben ustedes más que yo”, reconoció a los presentes. Desarrolló durante su presentación cómo puede contribuir a la felicidad de los niños una educación que mezcle innovación y prudencia.
La innovación educativa no se piensa y se aplica desde hace poco, es una cuestión que se trata en el ámbito académico desde hace muchos años. Elena Martínez señaló, eso sí, una característica que considera indispensable para un correcto desarrollo innovador: la prudencia.
Una prudencia que descarte ocurrencias, que evite las improvisaciones y que se asiente en la reflexión y el rigor, porque las nuevas generaciones, los niños y las niñas que constituirán en unos años los adultos de la sociedad, son algo sagrado, “el bien más preciado de cualquier sociedad”, admitió Martínez.
La Declaración de los Derechos del Niño
“Les debemos ofrecer métodos probados, bien trabajados”, añadió. “Conviene reflexionar sobre innovación educativa y cómo una de las Facultades de Educación más grandes de Europa y América, como es la nuestra (UNIR), contribuye a esa innovación conservando lo mejor del pasado y proyectándose hacia el futuro”.
La decana de la Facultad de Educación de UNIR recalcó en este sentido la importancia de la Declaración de los Derechos del Niño, que estableció un antes y un después en la concepción de la educación como una necesidad global, y que realzó la necesidad vital, entre otros aspectos, de que la escolarización sea obligatoria.
Desde su publicación en 1959, la sociedad en su conjunto dispone de un marco común en torno a la educación, y comparte también un mismo objetivo: la felicidad de los niños.
Elena Martínez citó algunos estudios que han demostrado que los niños más felices del mundo no siempre son aquellos que disponen de una mejor educación escolar. Los niños finlandeses o singapurenses, por ejemplo, serían en ese caso los más afortunados.
Sin embargo, muchos niños y muchas niñas del considerado Tercer Mundo, del sur de Europa o de Latinoamérica presentan mayores índices de felicidad porque han cubierto unas condiciones familiares más emotivas, más personales, que responden antes a la necesidad de sentirse protegidos, queridos y cubiertos, independientemente del contexto material en el que vivan.
Martínez Carro, durante su presentación.
Cuestión de equilibrio
Por lo tanto, uno de los objetivos prioritarios del mundo académico es precisamente la combinación entre felicidad infantil y educación reglada porque no siempre la mejor educación en la escuela garantiza una mayor felicidad. Se ha de encontrar un equilibrio entre la emotividad, la emoción y todos los resortes más cercanos al corazón, con la educación dentro del aula, en los colegios.
Este objetivo último, destacó la decana de UNIR, garantiza la equidad entre las nuevas generaciones. “Cualquier niño que esté fuera del sistema educativo está en riesgo constante de quedar excluido socialmente: drogas, prostitución, mafias… No hay mayor labor social que la que realiza la escuela, una tarea impresionante, la mayor que se puede hacer desde cualquier institución”, subrayó.
El futuro que afronta el sector educativo es, por lo tanto, estimulante. Como, por ejemplo, llevar toda la investigación y todos los nuevos conocimientos que se realicen en este ámbito a las aulas porque, de lo contrario, no serviría para nada.
“Entre nuestros principales retos como educadores están el luchar contra las desigualdades, atender a la diversidad, llevar la investigación al aula, y eliminar la pseudociencia y los mitos. Para ello se requiere, entre otras cosas, rigor científico y mejoras en las didácticas”, explicó la decana de UNIR.
Los educadores deberán también afrontar los equilibrios necesarios entre lápiz y ordenador, entre concentración y dispersión, entre la facilidad y el esfuerzo. Deberán inculcar el amor por la lectura y la competencia comunicativa, aspectos globales que resultan esenciales.
Pero ha habido logros notables que ya apoyan este cometido. Se sabe más del cerebro, en una suerte de conquista del órgano más misterioso del ser humano; se han desarrollado nuevos conceptos de inteligencia; se ha avanzado en el conocimiento del desarrollo cognitivo, y la legislación ha evolucionado en consecuencia.
Además, han surgido asimismo novedades trascendentales, como las necesidades educativas especiales: los distintos aprendizajes que necesitan los estudiantes, cada vez más personales, con sus tiempos y sus particulares formas de desarrollarse.
La contribución de UNIR
“En UNIR pensamos también en una educación infantil para que los niños sean felices”, afirmó la decana de la Facultad de Educación. La Universidad Internacional de La Rioja cuenta con licenciaturas, dobles licenciaturas, títulos bilingües, menciones y una oferta de maestrías que sigue creciendo y que brinda la oportunidad de especializar a los docentes en disciplinas más específicas.
Una amplia oferta al servicio de los profesionales que deben repensar y actualizar sus métodos, encontrar nuevas vías de enseñanza y, en última instancia, aplicar sus conocimientos en los centros educativos.
La Facultad de Educación de UNIR trabaja permanentemente en incorporar todas las demandas que los maestros y profesores demandaban para su correcto trabajo en el aula. La universidad, explicó la también docente, ha tratado de aunar, desde siempre, la investigación académica con un sentido de servicio a los docentes porque, si no, desde su punto de vista “no tendría sentido” su labor.
UNIR ofrece maestrías que tratan de encontrar esa innovación necesaria y ya inevitable, y que aborda desde el equilibrio de lo tradicional y de lo nuevo que hay que aportar. Innovaciones reflejadas en los planes de estudio de, por ejemplo, las maestrías de Educación Inclusiva e Intercultural o de Atención Temprana y Desarrollo Infantil.
Otros son de corte más clásico, aunque nunca han dejado de actualizar sus contenidos a las últimas innovaciones, como la Maestría en Psicopedagogía o la Maestría en Educación Especial.
Además, UNIR dispone de títulos superiores especializados en la didáctica que ayudan a enseñar distintas áreas de una manera más concreta: Didáctica de la Lengua y la Literatura en Secundaria y Bachillerato, Didáctica de la Lengua en Educación Infantil y Primaria, en Enseñanza de Español como Lengua Extranjera (ELE), Educación Bilingüe, o en didáctica de las artes plásticas y visuales en educación infantil entre otros muchos.
Una amplia y diversa oferta académica elegida por miles de estudiantes de todo el mundo y a la altura de los mejores centros universitarios internacionales, basada en la excelencia académica, la actualización continua y la búsqueda constante del bienestar de las personas en medio de una complejidad social que no deja de crecer.