¿Quieres entender el EBITDA? Aprende su cálculo y relevancia en asesoría fiscal y financiera. Una herramienta clave en análisis de rentabilidad empresarial.
El EBITDA (Earnings Before Interest, Taxes, Depreciation, and Amortization) es una métrica clave que permite valorar la rentabilidad operativa de una empresa. Como su nombre lo indica, se calcula a partir de la utilidad neta, sin considerar los intereses, impuestos, depreciación ni amortización. Es ampliamente utilizada en el análisis financiero de compañías, al permitir observar cómo se generan ingresos netos en sus operaciones.
Si bien permite comparar empresas, sin distorsiones fiscales o de financiamiento, es primordial conocer su correcta aplicación. Veamos qué es el EBITDA, sus principales características, ventajas o errores a evitar, con el objetivo de optimizar inversiones o tomar decisiones financieras informadas.
Ante la pregunta sobre qué es EBITDA y para qué sirve, encontramos que es un parámetro utilizado a fin de evaluar el desempeño financiero y el rendimiento de una empresa. Se obtiene considerando los ingresos netos, los gastos de interés, impuestos, depreciación y amortización. Es una medida de rentabilidad corporativa básica.
Entre los factores a tener presente respecto a esta métrica, está el no ser reconocida por los GAAP (Generally Accepted Accounting Principles), que son los principios de contabilidad generalmente aceptados. Además, la SEC (Securities and Exchange Commission) Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos prohíbe informar el EBITDA por acción.
La gran atención que prestan los inversores o empresas al EBITDA ha generado críticas por exagerar su rentabilidad. Por ejemplo, Warren Buffett, famoso inversor y empresario estadounidense, considera que esta métrica no tiene sentido, porque omite los costos del capital y la depreciación.
Cómo calcular el EBITDA paso a paso
Es un proceso directo que considera exclusivamente los ingresos generados por las principales actividades operativas de la empresa, excluyendo los gastos que no se consideran parte integral de las operaciones diarias. La fórmula EBITDA, con sus respectivas variables, es la siguiente:
EBITDA = Ingreso Neto + Intereses + Impuestos + Depreciación + Amortización
Ingreso neto: ganancia total de la empresa luego de restar todos los gastos
Intereses: todos los gastos generados por préstamos y deudas
Depreciación: representa la distribución del costo de los activos tangibles a lo largo de su vida útil
Amortización: similar a la depreciación, pero se aplica a los activos intangibles.
Veamos un ejemplo de cómo se calcula el EBITDA.
Si una empresa reporta un ingreso neto de $100.000, pago de intereses por $10.000, impuestos de $15.000, depreciación de $8.000 y amortización por $7.000. ¿Cuál sería el EBITDA?
EBITDA = 100.000 + 10.000 + 15.000 + 8.000 + 7.000
EBITDA = $ 140.000
Al excluir estos factores, esta métrica brinda una visión más clara de cómo se desempeña la empresa en términos financieros.
Importancia y ventajas del uso del EBITDA
Esta es una métrica permite evaluar y comparar fácilmente la rentabilidad operativa de una empresa, sin tener que considerar sus situaciones fiscales o estructuras financieras. Además, ayuda a los propietarios o inversores a determinar la capacidad que tiene para generar flujo de caja a partir de sus operaciones comerciales, permitiendo diagnosticar su salud financiera.
El cálculo del EBITDA permite realizar comparaciones entre diferentes industrias, a pesar de que cada una tenga distintos niveles de implicaciones impositivas o de intensidad de capital, gracias a que evita que estos factores distorsionen los resultados.
Adicionalmente, cuando una empresa no recibe beneficios netos, los inversores pueden utilizar esta métrica para evaluarla, mientras que muchas organizaciones de capital privado la encuentran útil a fin de comparar empresas similares en un mismo sector o cotejar su rendimiento con el de sus competidores.
EBITDA vs otras métricas financieras
Aunque el EBITDA es una métrica de gran utilidad, no es la única que permite medir la rentabilidad de una empresa. Si lo comparamos con otras mediciones financieras como el EBIT (Earnings Before Interest and Taxes) que son las ganancias antes de intereses e impuestos, vemos que este último no incluye la depreciación ni la amortización, siendo empleado a fin de analizar el rendimiento de las operaciones principales.
La utilidad neta, conocida también como ingreso o ganancia neta, en cambio, tiene una mayor diferencia respecto al EBITDA, al representar el beneficio final de la empresa, luego de restar todos los gastos, donde están incluidos los impuestos, intereses, depreciación y amortización. Esta medición muestra la ganancia real disponible para los accionistas.
Errores comunes al interpretar el EBITDA
Uno de los errores más frecuentes en la interpretación del EBITDA está en asumir que representa el flujo de caja real de la compañía, cuando no considera los costos de la deuda y los activos, elementos que sí tienen un gran impacto en la capacidad para generar efectivo. Otro error común es emplearlo incorrectamente con el fin de valorar una empresa, ya que puede ocasionar que parezca una mejor opción de lo que en realidad es.
Finalmente, siempre hay que tener presente el riesgo de manipulación que puede ocurrir con esta medición. Al no ser aceptada ni por el GAAP ni por las NIIF (acrónimo de Normas Internacionales de Información Financiera), que son entidades reguladoras, las empresas podrían ajustar elementos o excluir gastos puntuales, presentando un valor más alto. Por ello, es vital combinarlo con otras cifras, a fin de evitar interpretaciones poco realistas.
Relevancia de qué es el EBITDA en la asesoría financiera y fiscal
Calcular EBITDA es una herramienta de gran utilidad para evaluar la rentabilidad operativa de una empresa, al no considerar el efecto de factores como los impuestos, intereses, depreciación ni amortización, además de facilitar el diagnóstico correcto de su salud financiera. Con el fin de hacerlo correctamente, se requieren conocimientos avanzados de contabilidad, fiscalidad y análisis financiero.
Especialidades como la Maestría en Asesoría Fiscal o en Asesoramiento Financiero y Bancario, ofrecidas por UNIR, te permiten profundizar en estos conocimientos, cubriendo el análisis de las métricas que hemos revisado, además de temas claves para la creación de estrategias financieras complejas y optimización de inversiones. Estas habilidades te proporcionan una ventaja competitiva en un mercado laboral cada vez más especializado.