Un empresario sabe que ha alcanzado el éxito cuando consigue que los clientes conozcan su empresa o sus productos por su nombre comercial o su marca.
Post escrito por Íñigo González-Mogena.
Un empresario sabe que ha alcanzado el éxito cuando los clientes conocen su empresa o sus productos por su nombre comercial o su marca. Es una tarea muy difícil en el mercado y por ello, el primer paso que deben dar todos los dueños es proteger y registrar sus signos distintivos.
El dilema reside en conocer qué modalidad se debe registrar, ya que no es lo mismo la protección que ofrece un nombre comercial a la que ofrece una marca. La confusión entre ambos signos es muy habitual pues los dos tienen muchas cosas en común y están regulados en la misma Ley de Marcas.
El empresario debe saber que tanto la marca como el nombre comercial tienen un valor enorme como activo de la empresa. Es muy aconsejable proceder a su registro lo antes posible para detentar los derechos de exclusiva y alcanzar el éxito deseado en el mercado. Son figuras diferentes que hay que saber diferenciar y que ya conocen los alumnos del Máster Universitario en Propiedad Intelectual y Derecho de las Nuevas Tecnologías de UNIR.
Nombre comercial y marca no son lo mismo
La primera diferencia la encontramos en la propia definición de ambos signos. El nombre comercial es el signo que identifica a una empresa y su actividad y la diferencia en el tráfico mercantil de las que desarrollan actividades idénticas o similares. En España se regula desde hace mucho, concretamente desde la ley de propiedad Industrial de 1902. Elegir bien el nombre de la empresa es muy importante y supone el primer paso en la construcción de la misma.
Por ejemplo, el nombre comercial INDITEX, S.A. Identifica el nombre de la empresa y es diferente a productos que fabrica y comercializa con sus marcas ZARA o PULL & BEAR. También el nombre comercial de EDITORIAL PLANETA, S.A es diferente de la marca PLANETA.
La marca es el signo que sirve para distinguir en el mercado los productos o servicios de una empresa de los de otra. Sin embargo, todos saben que la marca es mucho más que eso. La marca representa sin lugar a duda los valores de una empresa como son su filosofía, los conocimientos técnicos y científicos, la calidad, el personal, los activos intangibles, etc. Por ejemplo L’Oreal, Nestlé, Volvo, etc… Hay casos curiosos, como el de la cerveza Corona, que en España se vende como Coronita porque la marca ya estaba registrada.
[Curiosidades] El Grupo Modelo de México, llamó “Coronita” a su cerveza en España porque el nombre de “Corona” estaba registrado. pic.twitter.com/igNuX6KNTD
— Marketing Fractal (@marketingfracta) 1 de febrero de 2018
El registro de la marca es obligatorio
La segunda diferencia la entre los dos signos viene determinada por la obligación de registrarse o no oficialmente. De esta forma, nos encontramos con que el registro del nombre comercial es potestativo y contempla tres posibilidades:
- Nombre Comercial registrado: esta situación otorga al titular una protección plena y mayor seguridad jurídica.
- Nombre Comercial no registrado: tiene una protección muy débil, y en el caso de querer hacer valer sus derechos deberá probar el uso o la notoriedad.
- El Nombre Comercial no registrado de los extranjeros que gozan de protección siempre que se acojan al artículo 8 del CUP (Convenio de la Unión de París) o al principio de reciprocidad y acrediten el uso o conocimiento de dichos nombres comerciales en España.
El registro de la marca es obligatorio, tan solo puede contemplarse la protección de aquellas marcas no registradas que resultan ser notorias o renombradas, al igual que ocurre con los nombres comerciales también notorios y renombrados.
La marca tiene extensión internacional
La tercera diferencia viene determinada porque el nombre comercial no tiene extensión internacional. No existe como tal en todos los países y no cuenta con la existencia de tratados y acuerdos internacionales que lo regulen. Por eso solo puede protegerse solicitando su inscripción registral en cada territorio y de acuerdo con las normas nacionales de cada Estado.
La marca, sin embargo, puede extenderse internacionalmente a través de los procedimientos y tratados internacionales. Por ello existen las denominadas marcas internacionales y marcas de la Unión Europea.
Es un hecho contrastado que el registro de la marca está mucho más difundido que el registro del nombre comercial. Si acudimos a las estadísticas que ofrece la propia Oficina Española de Patentes y Marcas, podemos comprobar que en el año 2017 se han registrado 52.029 marcas y 9.449 nombres comerciales.
Aunque la diferencia numérica de registros entre ambos signos distintivos todavía es muy elevada, hay una tendencia general al aumento del registro de nombres comerciales. Esto significa que los empresarios son conocedores cada vez más de la importancia de registrar este signo distintivo.