Especialistas del ámbito educativo de Colombia, Ecuador y España se reunieron en el Rectorado de UNIR para reflexionar sobre las necesidades de la educación en un mundo marcado por la transformación digital.
La formación a través de la universidad debe ser dinamizadora de los cambios que en la sociedad digital se demandan. Es la conclusión a la que llegaron expertos internacionales del ámbito educativo que han participado en una mesa redonda en el rectorado de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR).
La sesión académica tuvo lugar en el marco de la última de las dos jornadas de ‘Futuro en Español’, organizadas en su decimotercera edición por Vocento y Diario de la Rioja, y en las que UNIR colabora para promover el valor trascendente del idioma español como puente de unión para más de 500 millones de hispanohablantes en el mundo.
En este contexto, Pablo Moreno, vicerrector de Investigación de UNIR, brindó en sus palabras de bienvenida al encuentro un cerrado apoyo al español: “Debemos reivindicar nuestra lengua dentro del mundo tecnológico, que está tan lleno de anglicismos y dominado por el inglés”.
La mesa redonda ‘Educar en la Sociedad Digital’ tuvo lugar en el Rectorado de UNIR.
En la misma línea reivindicativa, también apeló a “ese otro pilar que es el de la formación, formación para afrontar este nuevo futuro digital, y el papel de la universidad en ello”.
Educar en la sociedad digital
Bajo el título ‘Educar en la Sociedad Digital’ dio comienzo la mesa redonda, de la mano de Manuel Herrera, director académico de Relaciones Internacionales de UNIR. En su papel de moderador empezó con un toque de atención: “La educación en la sociedad global sufre una fragmentación entre lo humano y lo técnico. El gran desafío es reconducir lo técnico a lo humano”.
En la terna de panelistas, Luis Fernando Polanía Obando, rector de la Universidad del Quindío, Colombia, se refirió a la educación 4.0, “la cual se adapta a las nuevas demandas de las tecnologías, pero en Latinoamérica tenemos un problema crítico de la conectividad. Ahí necesitamos inversiones, para que el acceso a una educación en línea no tenga estos limitantes”.
Pablo Moreno, que también participó en el coloquio, habló de pausas para repensar el sistema educativo. “La velocidad a la que avanza la tecnología deja el sistema educativo obsoleto. Por eso debemos acelerar muchísimo la capacidad de cambio y de evaluación”, afirmó.
Luis Fernando Polanía Obando, rector de la Universidad del Quindío, Colombia.
Para Víctor Villavicencio, rector de la Universidad de las Fuerzas Armadas ESPE, Ecuador, hay que ver más allá de la parte tecnológica y de la normativa: “Ya que la universidad se considera un proceso netamente social es prioritario hacer una reconfiguración social y comunicacional a través de la tecnología para la nueva educación. Esto supondrá un cambio de paradigma”, subrayó.
Conectividad y factor humano
Educar en una sociedad global con unas nuevas competencias, manteniendo el papel de la educación para el enriquecimiento de la persona, así como el papel de las universidades como palanca para superar desigualdades, fueron otros temas puestos sobre la mesa.
Ricardo Madera, defensor del pueblo del departamento de Córdoba, Colombia, abogó por nuevos modelos educativos en paralelo a la lucha por las desigualdades, y retomó el problema de la falta de conectividad, especialmente en las zonas rurales. “Esta brecha digital hay que superarla para poder potenciar verdaderamente alternativas como la educación en línea. La apuesta desde las identidades estatales es poder fortalecer esas plataformas tecnológicas a partir de la conectividad, para ser más equitativos y justos en el escenario en el que van a formarse nuestros jóvenes universitarios”, resaltó.
Víctor Villavicencio, rector de la Universidad de las Fuerzas Armadas ESPE.
Sobre el acceso a las aulas, Polanía quiso remarcar que hay un cambio de mentalidad de los aspirantes a ingresar en las universidades. “Hoy los estudiantes buscan un propósito de por qué hacerlo. El reto las instituciones educativas está en cómo generar la motivación para que el estudiante quiera ingresar. Y en ese contexto, no podemos perder el factor humano, para formarlos, como dice el Papa, en mente, corazón (valores) y manos para llevarlo a cabo”, subrayó.
Villavicencio insistió en la formación integral desde la educación superior. “La universidad tiene la responsabilidad de crear profesionales que permitan empoderarse para enfrentarse a los problemas de la sociedad”. También señaló que para lograrlo, los actores de la educación deben adaptarse a la realidad de sus educandos. “El docente es migrante digital, mientras que los alumnos son nativos digitales. Hay que buscar la interacción, el acercamiento y mayor compenetración basados en nuevos perfiles”.
Cultura de la evaluación y acreditación
Otro reto planteado por Manuel Herrera, y que compete cada vez más a la universidad, es la cultura de evaluación y de acreditación de la calidad. “Aunque en Latinoamérica se ha avanzado, queda un camino por recorrer, y en ocasiones nos quedamos en las formas y no trascendemos al contenido”, aseveró el moderador.
La experiencia de UNIR en este tema, en palabras de Moreno, “es exportable a universidades con las que compartimos lengua, ya que tras superar todos los niveles exigidos por el regulador desde hace años, el concepto calidad ha permeado todos nuestros procesos”, asegura.
Ricardo Madera, defensor del pueblo del departamento de Córdoba, Colombia.
El bloque lo cerró la visión pública de Ricardo Madera, que puso como ejemplo a UNIR como un modelo probado y sustentable, “una universidad en línea que ayuda a otras a que sus profesores se cualifiquen y tengan confianza en la acreditación”. Esto le lleva a pensar en buscar un beneficio común y sinergias hacia una mejora y una ampliación de la oferta académica.
Al cierre de una hora de coloquio, llegaron las conclusiones con un denominador común en las posibilidades de la universidad del siglo XXI centrado en una visión global para afrontar los nuevos retos de la sociedad digital. “Colaboración entre universidades, flexibilidad para adaptarse a cualquier situación y, lo que se genere, aplicarlo en el contexto”, resumió Polanía, para cerrar su intervención.
Pablo Moreno, vicerrector de Investigación de UNIR.
Moreno puso el broche final recordando la importancia de la vinculación de las personas con la formación continua. “No debe ser una etapa, sino un componente de ida constante hacia el conocimiento a lo largo de la vida que la sociedad debe de garantizar”.
La comunicación universitaria en la sociedad digital
A continuación, tuvo lugar una nueva mesa redonda organizada por UNIR, en la que nuevamente se buceó en los entresijos de la sociedad digital, esta vez desde la perspectiva de la comunicación. Para ello, Bosco Martín, director de Comunicación de UNIR, se encargó de moderar los temas que fue planteando a los dos participantes del coloquio: Ingrid Yrivarren, presidenta de Viva en el Mundo; y Nacho Reglero, Fundador y CEO de Game Thinking Way.
Entre los tres desentrañaron algunas claves de la comunicación actual, específicamente en los ámbitos en que se maneja el público universitario. “Ya la universidad está dentro de los medios de comunicación y si escarbas bien nos daremos cuenta que muchos periodistas y directivos son docentes universitarios”, señaló Reglero
Ante los retos de la sociedad digital, Yrivarren puso en valor la educación, en especial la educación superior: “Educarse es, literalmente, abrirte hacia un mundo mejor; te empodera, te permite un entorno social y profesional para lograr un mayor rango de posibilidades”.
Ingrid Yrivarren, presidenta de Viva en el Mundo.
Para completar su argumento, recurrió a la cita de Benjamin Franklin “una inversión en conocimiento paga el mejor interés”. No obstante, dice de la formación continua que le ayuda a mantener su capacidad de emoción y de asombro.
Sobre la relación con las empresas, Reglero destacó el acercamiento de las universidades a los medios: “La comunicación que se hace desde UNIR, es un trabajo de innovación, al contar con un canal dentro de esa conexión con las empresas, y dirigido a los medios”, reseñó.
Finalmente, Martín justificó la importancia de la comunicación para la universidad: “Es un instrumento extraordinario para que tantas cosas buenas que se hacen en la universidad permeen en la sociedad. Y esta, a su vez, debe saber que la universidad es muy importante para el desarrollo de los países”, concluyó.