Los ponentes invitados aseguraron que “la inteligencia artificial no sustituye al profesional, lo complementa”. Dado los últimos avances tecnológicos, esta herramienta emerge para la prevención, el análisis y la mejora continua en los entornos asistenciales.

El pasado 3 de junio, la Universidad Internacional de La Rioja celebró un nuevo Foro UNIR. En esta ocasión, la institución académica reunió a destacados expertos para discutir y debatir sobre la práctica clínica, la tecnología, la ética y la gestión sanitaria y cómo abordar los desafíos urgentes que enfrenta el sistema de salud.
La sesión concienció e inspiró a los casi 1.000 asistentes sobre el papel de la IA y el Big Data en la construcción de una cultura de seguridad centrada en el paciente, integrando visiones complementarias desde la atención hospitalaria, primaria y el ámbito investigador. Junto a los prestigiosos invitados el Foro UNIR planteó interesantes cuestiones como de qué manera puede ayudar la inteligencia artificial predictiva, qué barreras frenan su implementación, casos de éxito o qué perfiles se requieren.
El evento contó con la participación de José María Cepeda, profesional de la Gerencia de Emergencias Sanitarias del 112 de Castilla y León; Diana Molina Villaverde, directora gerente del Hospital Doctor Rodríguez Lafora de Madrid; y Rafael Mazo Torres, director académico del Área de Gestión Sanitaria de UNIR.
Los ponentes coincidieron en que la IA no es una moda, sino una herramienta transformadora que ya está impactando en la seguridad del paciente. “La inteligencia artificial no es el futuro, es el presente. Ya está teniendo un impacto real en la seguridad del paciente”, afirmó José María Cepeda.
Cuestiones a debate en el Foro UNIR
- Pensamiento crítico como escudo profesional: El profesional del 112 subrayó la importancia de mantener una actitud analítica frente a las recomendaciones de la IA. Explicó que estas herramientas pueden inducir errores con gran confianza, lo que exige una evaluación constante por parte del profesional. “La inteligencia artificial puede ofrecer errores con apariencia de certeza. El pensamiento crítico es lo que nos protege de delegar decisiones sin cuestionarlas”, afirmó.
- Gobernanza ética y validación tecnológica: Diana Molina insistió en que la incorporación de la IA en los hospitales debe hacerse bajo un marco ético sólido, con datos limpios y procesos de validación similares a los de un medicamento. “No se trata de dejarnos deslumbrar por la tecnología, sino de integrarla con rigor, trazabilidad y propósito”, señaló.
- Adaptabilidad y reorganización de roles: La directora gerente del Hospital Rodríguez Lafora también destacó que la introducción de la IA implica una transformación de los flujos de trabajo y de los roles profesionales. “Estas herramientas nos descargan de tareas, pero también nos obligan a redefinir nuestro lugar en el sistema. La adaptabilidad es clave para no quedarnos atrás”, explicó.
- Democratización tecnológica y brecha digital: Rafael Mazo reflexionó sobre cómo la IA, al igual que ocurrió con internet, puede convertirse en una tecnología accesible para todos los sistemas sanitarios, independientemente de su ubicación. “La clave no está solo en la tecnología, sino en cómo la aplicamos en cada contexto. La democratización de la inteligencia artificial es una oportunidad, pero también un reto de equidad”, apuntó.
- El paciente como usuario informado: Cepeda advirtió sobre el nuevo rol del paciente en esta era, donde ya no consulta en Google, sino directamente en herramientas como ChatGPT. “Los pacientes están preguntando a estas tecnologías sobre sus síntomas. Tenemos que ofrecerles herramientas validadas y acompañarles en ese proceso para evitar la automedicación o la desinformación”, explicó.
De la predicción al aprendizaje inteligente
“La IA no sustituye al profesional, lo complementa. Nos libera de tareas burocráticas y nos permite centrarnos más en el paciente”. aseguró Diana Molina.
En esta línea, José María Cepeda explicó cómo esta tecnología permite detectar patrones invisibles, emitir alertas personalizadas y reducir la variabilidad clínica, lo que se traduce en una atención más segura y eficiente.
La inteligencia artificial ya se está utilizando en sistemas de ayuda al diagnóstico, como DXGPT, que asiste a médicos de atención primaria en la identificación de enfermedades raras. También se han desarrollado herramientas capaces de predecir el riesgo de sepsis con hasta 48 horas de antelación, lo que ha demostrado reducir la mortalidad en un 50%.
Además, se destacó el papel de la inteligencia artificial ambiental, que mediante sensores y sistemas de voz puede registrar interacciones clínicas, mejorar la documentación y reducir la fatiga profesional. Estas tecnologías también permiten monitorizar la calidad del aire en quirófanos o prevenir caídas en pacientes mayores.
Formación continua
En un contexto donde la IA avanza a gran velocidad, es fundamental contar con formación especializada. Según datos recientes, más del 50% de los radiólogos en España ya utilizan o planean utilizar estas herramientas. En este sentido, UNIR ofrece programas como la Maestría en Seguridad del Paciente y Gestión de la Calidad Asistencial, dirigido por el Dr. Jesús María Aranaz, pionero en este campo.
Además, la universidad cuenta con titulaciones como la Maestría en Gestión y Dirección de Unidades de Enfermería, que integran contenidos sobre transformación digital y competencias clave como el liderazgo, la innovación y la ética profesional.