La disciplina positiva es un sistema de enseñanza centrado en el estudiante en el que se usan estrategias constructivas basadas en el respeto y la empatía frente a métodos tradicionales que abogan por los castigos.
La educación es una de las herramientas más importantes para mejorar la sociedad y preparar a las generaciones futuras. Gran parte del éxito de la misma —además de la formación adecuada de los docentes— es la metodología empleada. Frente a los métodos tradicionales, más rígidos y apoyados en castigos, la disciplina positiva en el aula fomenta una relación entre el profesor y el estudiante basada en el respeto, teniendo en cuenta las emociones y capacidades de los alumnos y abogando por comprender sus comportamientos. Para ello se establecen límites y normas en función de cada niño/edad.
La disciplina positiva en el aula es una forma de educar que no recurre a la disciplina correccional y, por lo tanto, no emplea el castigo (ni físico ni emocional). Para ello se centra en el refuerzo de los comportamientos deseados, en lugar de castigar a los estudiantes por los inadecuados. Esta técnica requiere de más esfuerzo, tiempo y paciencia, pero se ha demostrado que es más eficaz y, además, mantiene la premisa de respetar a los niños.
En resumen, la disciplina positiva es una herramienta valiosa para crear un ambiente de aprendizaje saludable y respetuoso en el aula. Al enfocarse en el respeto mutuo, la cooperación y la solución de problemas, los estudiantes pueden desarrollar habilidades importantes para la vida, como la autoestima, la empatía y la responsabilidad.
Una de las claves de la disciplina positiva es el reconocimiento de los comportamientos apropiados y la motivación para alcanzarlos. Para ello, los maestros deben establecer claramente las expectativas para el comportamiento y explicarlo a los estudiantes de manera clara y concisa. También deben proporcionar retroalimentación inmediata en lugar de esperar hasta el final de la clase
Para aplicar la disciplina positiva en el aula es fundamental que los profesores establezcan una relación de confianza con sus alumnos, conocerlos, tener en cuenta sus intereses y capacidades y entender sus necesidades tanto a nivel grupal como individual.
Cómo aplicar la disciplina positiva en el aula
Los pilares fundamentales para aplicar la disciplina positiva con éxito son:
1. Fijar límites claros de conducta
Esto permite construir una relación basada en la confianza y respeto entre los estudiantes y el profesor. Fijar normas que todos comprendan contribuye a entender lo que se espera de ellos y a prevenir comportamientos inaceptables.
2. Recompensar por comportamientos positivos
Crear recompensas como elogios, tarjetas de reconocimiento o, incluso, estrellas en una pizarra para recordar tareas bien hechas, puede ser una buena manera de motivar a los estudiantes.
3. Establecer relaciones positivas
Es una de las claves para aplicar la disciplina positiva en clase. Al hacer preguntas abiertas, escuchar activamente y mostrar respeto a los alumnos es más fácil crear un ambiente en el que se sientan cómodos y respetados.
4. Enfocarse en el proceso de aprendizaje y no en el resultado final
Proporcionar oportunidades para la discusión, el debate y la colaboración, ofreciendo una retroalimentación constructiva.
5. Establecer normas de comportamiento
Involucrar a los estudiantes en el diseño de normas de comportamiento y en la determinación de cómo se abordarán los conflictos. Esto les brindará la oportunidad de ser parte del proceso, aumenta la motivación y contribuyen en el desarrollo de habilidades de liderazgo. Hay que tener en cuenta que estas normas son “vivas”, es decir, se pueden ir adaptando a lo largo del curso.
6. Ser guía y ejemplo
De nada vale la teoría si no se aplica en la práctica, máxime cuando se trata de niños de corta edad. Por eso los profesores deben dirigirse a los niños con respeto, sin gritos, hablando con firmeza pero sin imposiciones.
7. Fomentar las actividades colaborativas
Para que todos los alumnos se sientan partícipes, se ayuden unos a otros y aprendan que, aunque tengan capacidades diferentes, todas son importantes.
Es importante mencionar que cada estrategia que se aplique en el aula de clase dependerá de la edad, el grupo y las características individuales de los estudiantes.
Para aplicar la educación positiva en el aula es importante que los docentes cuenten con una formación especializada que les ayude a entender el comportamiento de los niños, su desarrollo y necesidades. UNIR Ecuador oferta tres maestrías relacionadas directamente con este ámbito, como son la maestría en Intervención Psicológica en Niños y Adolescentes, la maestría en Terapias de tercera generación o la maestría en Neuropsicología Clínica. Todas ellas son con una modalidad 100% online y reconocidas por la SENESCYT.
Beneficios de aplicar la disciplina positiva en el aula:
Mejora la motivación y el compromiso de los estudiantes
La disciplina positiva se centra en recompensar el buen comportamiento, lo que ayuda a los estudiantes a entender la importancia de tomar decisiones positivas y responsables. De esta manera se da un sentido de logro y mejora su motivación. Eso sí, no se ponen etiquetas de “niños buenos” frente a “niños malos”; el foco está en las acciones positivas/negativas y sus consecuencias.
Promueve el respeto entre los estudiantes y el profesor
Estimula a los estudiantes a respetar las opiniones de sus compañeros y a tratar de entender sus puntos de vista. Esto promueve un ambiente de clase seguro y respetuoso.
Asumir la responsabilidad
Desarrolla habilidades para asumir la responsabilidad de sus acciones, el autocontrol y la solución de problemas.
Mejora la autoestima
Aumenta la autoestima de los alumnos y su capacidad de resolución de conflictos.
Contribuye a crear una mayor conexión entre los alumnos de un mismo aula, respetando sus diferencias y fomentando las capacidades individuales.
Clima positivo
Ayuda a crear un clima escolar positivo, en el que los estudiantes se sienten respetados, motivados y seguros. Esto es especialmente útil para los estudiantes con necesidades especiales o aquellos a los que les cuesta más relacionarse con iguales.
Prevención
La educación en disciplina positiva también es una forma de enseñanza que se centra en la prevención, en lugar de la reacción.
Preguntas Frecuentes sobre la disciplina positiva
¿La disciplina positiva es adecuada para todos los niños?
Sí, pero es importante adaptarla a las necesidades individuales de cada niño. Los niños con diferentes temperamentos, necesidades especiales o circunstancias familiares pueden requerir enfoques personalizados. La flexibilidad y el conocimiento del niño son esenciales para aplicar la disciplina positiva de manera efectiva.
¿La disciplina positiva significa que no hay consecuencias para los comportamientos inadecuados?
No, la disciplina positiva incluye consecuencias, pero estas son educativas y relacionadas directamente con el comportamiento. Por ejemplo, si un niño no guarda sus juguetes, la consecuencia podría ser no poder usarlos hasta que los guarde. La idea es que las consecuencias enseñen responsabilidad y autocontrol, en lugar de simplemente castigar.
Referencias bibliográficas
(S. f.-b). Gob.ec. Recuperado 1 de octubre de 2024, de https://recursos.educacion.gob.ec/wp-content/uploads/2021/Aprender_a_tiempo/Recuperando_Aprendizajes/Final_DISCIPLINA_POSITIVA.pdf