La inversión en este tipo de fuentes es actualmente una de las líneas estratégicas del Gobierno del Ecuador, lo que implica también la demanda de más empleo en el sector.
Las energías renovables como la eólica, la solar, la hidráulica, la geotérmica, la oceánica y de la biomasa suponen una alternativa a los combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natural), contribuyendo a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, la diversificación del suministro energético y la independencia del mercado de combustibles fósiles. En esta línea, al finalizar 2019, 28 países habían declarado la “emergencia climática” y muchos de ellos habían desarrollado programas específicos para la transición energética hacia un modelo energético basado en las energías renovables.
Latinoamérica estableció en 2019 un objetivo colectivo de renovables del 70% para 2030, más del doble que la UE. Estos países son Paraguay, Costa Rica, Ecuador, Uruguay, El Salvador, Panamá, Colombia, Venezuela, Brasil, Belice, Nicaragua y Guatemala. La eólica y la solar, pero sobre todo el agua, son los artífices de este logro en fechas recientes, enfocado, fundamentalmente, a la generación de electricidad.
Según el informe “Renewable 2020, Global Status Report” elaborado por REN21”, en el año 2019 se batió el récord de crecimiento en potencia instalada de energía renovable, aumentando en 200 GW a nivel global. La mayor parte de este crecimiento corresponde al uso de los recursos renovables para la producción de electricidad, mientras que el uso en transporte y en la producción de calor y frío han experimentado un crecimiento mucho menor. Como se apunta en el informe de REN21, las causas de este menor crecimiento se deben principalmente a la falta de políticas gubernamentales que apoyen estas tecnologías.
¿Cómo está la situación en el Ecuador?
Según datos del Balance Energético Nacional el año 2022 marcó un progreso significativo en la capacidad instalada de energías renovables en, la capacidad instalada total de energías renovables alcanzó aproximadamente 7 GW. De esta capacidad, la energía hidroeléctrica sigue siendo la fuente dominante, representando alrededor del 80% de la capacidad total instalada. Además, se registraron importantes aumentos en la capacidad instalada de energía solar y eólica, con nuevos proyectos que sumaron aproximadamente 500 MW en total
En 2022, las energías renovables representaron aproximadamente el 16 % de la energía final consumida en Ecuador y cerca del 50 % de la electricidad producida en el país. Este incremento en la participación de las energías renovables refleja el éxito de las políticas y proyectos implementados para diversificar la matriz energética y reducir la dependencia de combustibles fósiles.
El impacto económico de las energías renovables en Ecuador en 2022 fue considerable. Se estima que el país ahorró cerca de 600 millones de dólares en importaciones de combustibles fósiles y alrededor de 80 millones de dólares en derechos de emisión de gases de efecto invernadero. Estos ahorros demuestran los beneficios tanto económicos como ambientales de incrementar el uso de energías limpias en el país.
La inversión en energías renovables sigue siendo una prioridad estratégica para el gobierno ecuatoriano. En 2022, se reforzó la “Estrategia Nacional de Almacenamiento Energético”, enfocándose en tecnologías de almacenamiento mecánico, térmico y eléctrico. Esta estrategia subraya el potencial de Ecuador para el desarrollo de proyectos innovadores en almacenamiento energético, esenciales para garantizar la estabilidad y eficiencia del sistema eléctrico en el contexto de un aumento en la generación renovable intermitente.
¿Qué energías renovables son las que más empleo generan?
El sector de energías renovables en Ecuador continuó generando empleo en 2022. Según el informe “Renewable Energy and Jobs Annual Review 2022” de la Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA), se estima que el sector de energías renovables generó aproximadamente 35,000 empleos directos e indirectos. Este crecimiento del 5 % en comparación con el año anterior destaca la expansión continua del sector y la creciente necesidad de una fuerza laboral especializada.
La energía solar fotovoltaica es la tecnología que más ha acelerado en términos de creación de empleo en Ecuador. En 2023, aproximadamente el 35 % de los empleos en el sector de energías renovables están vinculados a la energía solar fotovoltaica. Este crecimiento se debe en gran parte al impulso de proyectos de instalaciones aisladas y de autoconsumo, que han promovido el desarrollo económico especialmente en zonas rurales. Los programas de electrificación rural y las iniciativas gubernamentales para fomentar el uso de energía solar han sido clave en este aumento.
El sector de los biocombustibles ha mostrado un crecimiento notable en términos de empleabilidad. En 2023, se ha registrado un incremento del 3 % en el mercado de bioetanol y del 15 % en el de biodiésel en comparación con el año anterior. Este aumento se debe a las políticas gubernamentales de promoción de biocombustibles y al desarrollo de proyectos de producción de biocombustibles a partir de residuos agrícolas y forestales.
En comparación con el sector de los combustibles fósiles, las energías renovables en Ecuador tienen una mayor capacidad para la creación de empleo y profesionalización. La transición hacia una matriz energética más limpia ha generado una demanda creciente de profesionales capacitados en tecnologías renovables, superando a los empleos tradicionales en el sector de combustibles fósiles.
El rápido crecimiento del empleo en el sector de las energías renovables debe ir acompañado de programas formativos específicos que permitan la cualificación necesaria para desempeñar los puestos de trabajo. De la misma forma, la sustitución progresiva de los combustibles fósiles hace necesaria la creación de itinerarios formativos que permitan el “reciclaje” de los profesionales del sector de los combustibles fósiles. En el informe de IRENA sobre el empleo en energías renovables, se destacan específicamente estos dos problemas, incidiendo específicamente en las oportunidades educativas que brindan los programas de educación online y la colaboración entre empresas e instituciones educativas.
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