En un mundo desafiante y acelerado, el estrés y las preocupaciones son comunes. Sin embargo, cuando estas empiezan a tomar el control y afectar la vida diaria podría ser ansiedad.
La ansiedad es una respuesta natural y adaptativa del cuerpo humano frente a situaciones percibidas como amenazantes o estresantes. En esencia se trata de una reacción de lucha o huida que ha evolucionado para ayudar a sobrevivir en entornos peligrosos. Cuando las personas se encuentran en situaciones desafiantes, el cuerpo libera hormonas como el cortisol y la adrenalina, lo que provoca una serie de cambios físicos y mentales que los preparan para enfrentar la situación. Sin embargo, en algunos casos esta respuesta de ansiedad se vuelve disfuncional y desproporcionada con respecto a la amenaza real. Cuando la ansiedad se vuelve crónica, intensa e interfiere con la vida diaria, puede indicar la presencia de un trastorno de ansiedad.
Síntomas de la ansiedad
La ansiedad puede manifestarse a través de una amplia gama de síntomas, tanto a nivel físico como emocional. Es importante destacar que no todas las personas experimentan los mismos síntomas ni con la misma intensidad.
Entre los síntomas de la ansiedad que más se repiten se encuentran:
Síntomas físicos:
- Palpitaciones y aumento del ritmo cardíaco: sentimiento de que el corazón late con fuerza o de manera irregular, incluso en situaciones que no parecen justificar tal reacción.
- Sudoración excesiva: la transpiración excesiva de las manos o una sudoración profusa son reacciones físicas típicas..
- Tensión muscular: manifestándose como rigidez en el cuello, hombros o mandíbula.
- Problemas gastrointestinales: náuseas, malestar estomacal o incluso diarrea pueden ser síntomas asociados con la ansiedad.
- Respiración acelerada: la sensación de falta de aire o dificultad para respirar es una respuesta típica en momentos de ansiedad.
Síntomas emocionales y cognitivos:
- Preocupación constante: sentimientos de aprehensión y preocupación excesiva sobre situaciones futuras.
- Miedo irracional: sentir miedo intenso y persistente, incluso cuando no hay una amenaza real presente.
- Dificultad para concentrarse: La inquietud puede obstaculizar la capacidad de centrarse y prestar atención a las actividades del día a día..
- Irritabilidad: las personas con ansiedad a menudo experimentan irritabilidad y cambios en el estado de ánimo.
- Pensamientos negativos: patrones de pensamiento negativo y auto-crítico son comunes en personas con ansiedad.
Los trastornos de ansiedad
Cuando la ansiedad se vuelve crónica y comienza a interferir significativamente con la vida cotidiana, puede indicar la presencia de un trastorno de ansiedad.
Existen varios tipos de trastornos de ansiedad, cada uno con sus propias características y síntomas específicos:
- Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG): se relaciona con una preocupación constante y desproporcionada sobre diversos aspectos de la vida, incluso cuando no hay una razón clara para preocuparse.
- Trastorno de Pánico: provoca ataques repentinos e intensos de miedo acompañados de síntomas físicos como palpitaciones, sudoración y sensación de asfixia.
- Trastorno de Ansiedad Social: también conocida como fobia social, esta condición implica un miedo abrumador a situaciones sociales y el temor de ser juzgado o humillado por otros.
- Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC): se caracteriza por pensamientos obsesivos y rituales compulsivos que una persona realiza para aliviar la ansiedad.
- Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT): ocurre después de experimentar un evento traumático y se manifiesta a través de flashbacks, pesadillas y evitación de desencadenantes relacionados.
- Trastorno de Ansiedad de Separación: común en niños, pero también puede afectar a adultos, se caracteriza por un miedo abrumador a la separación de figuras de apego.
La importancia de la psicología para abordar la ansiedad
La ansiedad es una respuesta natural del cuerpo humano que prepara para enfrentar situaciones estresantes o amenazantes. Sin embargo, cuando esta respuesta se vuelve desproporcionada, crónica e interfiere con la vida diaria, podría indicar la presencia de un trastorno de ansiedad. Reconocer los síntomas es el primer paso para abordar la ansiedad de manera efectiva y buscar el apoyo adecuado, ya sea a través de terapias, cambios de estilo de vida e incluso con medicación.
La psicología puede desempeñar un papel crucial en superar la ansiedad al ofrecer diversas técnicas y enfoques terapéuticos, tales como la terapia cognitivo-conductual (TCC). Ante el papel destacado que está adquiriendo la salud mental entre los ciudadanos de Ecuador, la demanda de especialistas con la carrera de Psicología y especializados con la Maestría en Psicoterapia o la Maestría en Intervención Psicológica en Niños y Adolescentes como las que oferta UNIR, es cada vez más latente. Estas están reconocidas por el SENESCYT y con una modalidad 100% online, además, cuentan con un enfoque integral para aprender a identificar y abordar diferentes tipos de trastornos emocionales y mentales, incluidos los de ansiedad.