La estudiante del Máster en Big Data y Visual Analytics de UNIR ha roto paradigmas y se ha destacado dentro del área de la Ingeniería y Ciencia de datos.
Durante su carrera universitaria en Ingeniería en Sistemas, Beatriz Villanueva estuvo rodeada en su gran mayoría de compañeros hombres. Cuando salió al mundo laboral el escenario cambió nada o muy poco. Ella sabía que la ingeniería era considerada – de forma errónea- como una “profesión para hombres”. Sin embargo, esto nunca la detuvo y siempre demostró que podía ser tan capaz y brillante como cualquiera de sus colegas.
La estudiante del Máster en Big Data y Visual Analytics de UNIR nació en La Rioja – España, pero ha vivido casi 19 años en Ecuador. Durante su carrera profesional se ha desempeñado en varias empresas dentro de áreas como business intelligence, gobernanza de datos y automatización de procesos.
A Beatriz le apasionan los datos y su gran fortaleza es el análisis riguroso y detallado de los mismos para aportar en la toma de decisiones en las empresas. Te contamos cómo la estudiante de UNIR ha roto paradigmas y se ha destacado dentro del área de la Ingeniería y Ciencia de datos.
-¿Cuál fue tu primer trabajo como ingeniera?
-Trabaje por algunos años en una empresa dedicada al desarrollo de Software para países de Latinoamérica. A los 26 años de edad me propusieron trabajar en Ecuador por un año en un proyecto de 6 millones de dólares con el objetivo de informatizar a la Policía Nacional. No lo dudé y dije que sí.
Antes de implementar un sistema informático centralizado en esa institución los policías encargados de las investigaciones debían recorrer diferentes instancias para recabar información. Nuestra tarea consistió en centralizar toda la información en un solo sistema para que los policías puedan encontrar toda la información en un solo lugar. Este proyecto fue como mi primer bebé.
-Después de este gran proyecto en la Policía Nacional ¿Cómo ha transcurrido tu carrera profesional?
-En principio el proyecto de la Policía iba a durar un año y se extendió por seis meses más. Una vez finalizado ese programa -y ya decidida a quedarme en Ecuador- empecé a colaborar para una importante empresa de retail. Trabajé en esa compañía por casi 12 años, fue ahí que descubrí que me gustaba la ciencia de datos.
Durante los últimos años me dediqué a elaborar dashboard con los datos más relevantes de la empresa. Me apasionaba recabar información, pero sobre todo analizarla, presentarla frente a los directivos, y proponer ideas de mejora para la empresa. Lamentablemente por la pandemia mi puesto fue suprimido de la empresa y tuve que salir.
Actualmente, trabajo en una de las empresas de producción y distribución de alimentos más importantes del Ecuador. Me dedico a la automatización de procesos y aunque no trabajo directamente con datos sigo en contacto con ellos y he podido aportar a la empresa con mis conocimientos en esa área.
-¿En algún momento de tu carrera profesional alguien te ha hecho sentir de menos por ser mujer?
-Afortunadamente no he tenido inconvenientes con esto. Si bien para mis colegas no era muy común trabajar con mujeres, siempre fueron respetuosos.
Pero no puedo negar que, en algunas ocasiones, sobre todo al hablar con proveedores, me he topado con personas que al verme mujer me explicaban las cosas de la forma más sencilla y superficial posible. Yo los sorprendía con preguntas muy técnicas y ellos se admiraban y me preguntaban: ¿tú cómo sabes de esto?
Yo les contaba sobre mi experiencia profesional y sobre todo de mi formación académica que ha sido fundamental para ser el profesional que soy hoy en día.
-Cuéntanos cómo ha sido tu formación académica.
-Estudié la carrera de Ingeniería en Sistemas en la universidad. Aprendí sobre el diseño, la programación y la implementación de sistemas que fueron fundamentales durante mis primeros años de carrera profesional, sobre todo, para el proyecto con la Policía Nacional. Pero en la segunda empresa ecuatoriana en la que trabajé me empecé a interesar por la ciencia de datos y fue ahí que estudié un curso en una universidad ecuatoriana.
Esa formación fue el abrebocas que me motivó a estudiar una maestría. Fue ahí que después de analizar varias opciones elegí estudiar el Máster en Big Data y Visual Analytics en UNIR.
-¿Por qué decidiste estudiar en UNIR?
-Cuando empecé a buscar una universidad para estudiar un posgrado tenía claro que debía ser en metodología en línea. Tengo un horario laboral de 8 horas y dos hijos de 15 y 11 años de edad, no quería estar lejos de casa por mucho tiempo. Me gustó la idea de estudiar en una universidad cien por cien en línea con muchos años de experiencia en esta modalidad.
Además, tengo una hermana que trabaja en Logroño – España y le pregunté sobre esta universidad y me dio muy buenas referencias. Así que pensé: es una universidad de mi tierra, con metodología en línea y reconocida en Ecuador, es lo ideal para mí. Y así pude aprender sobre captura y almacenamiento de información, minería de datos para el análisis inteligente y visualización de la información.
-¿Cuál ha sido el nivel de importancia de tu formación académica?
-Ha sido valiosa. Gracias a mi formación y mi dedicación he podido sobresalir en mis lugares de trabajo y sobre todo demostrar mis capacidades en el campo de la ingeniería y en la ciencia de datos.
Si bien en este campo existe un mayor número de hombres, yo invito a las mujeres a romper este paradigma y demostrar que somos tan capaces como los hombres.
