El conductismo se basa en el análisis de los comportamientos humanos a partir de los estímulos y respuestas que conforman el ambiente físico, biológico, y social del organismo.
El conductismo en psicología comenzó a desarrollarse a principios del siglo XX. Se trata de una escuela que estudia de forma experimental la conducta observable y tiene como objetivo teórico la predicción y el control de la conducta.
Se centra, por tanto, en analizar el comportamiento humano, entendido como la relación entre los estímulos y las respuestas de una persona, y no en un análisis del funcionamiento de la mente. Es decir, estudia las conductas humanas a partir de los estímulos y las respuestas que conforman el entorno del ser humano.
Así, el conductismo es una corriente psicológica basada en la ciencia del comportamiento, entendiendo este como la interacción del individuo con su ambiente, por lo que una persona se adapta e interacciona con el medio que le rodea. El conductismo intenta comprender cómo surgen y se mantienen las distintas formas de comportamiento.
Para ello, estudia al detalle las circunstancias previas a esa conducta humana (aspectos emotivos, sensoriales, motores y emotivos), así como las condiciones en las que se da esa interacción, con el objetivo de poder cambiarla en caso necesario.
El filósofo y psicólogo alemán Wilhelm Wundt fue el que sentó las bases de lo que en un futuro se erigiría como el conductismo en psicología. Algunos de sus principales representantes fueron John Broadus Watson, Ivan Pavlov y B. F. Skinner.
Conceptos básicos del conductismo
Entre los conceptos básicos que maneja el conductismo, encontramos los siguientes:
- Estímulo: cualquier incentivo, información o señal que provoca una respuesta en el individuo.
- Respuesta: conducta de un organismo resultado de la reacción a un estímulo.
- Condicionamiento: aprendizaje que surge tras el estudio de los estímulos y de las respuestas.
- Refuerzo: consecuencia de una conducta humana que incrementa la posibilidad de que vuelva a reproducirse.
- Castigo: lo contrario al refuerzo; consecuencia de una conducta humana que disminuye las probabilidades de que una conducta vuelva a reproducirse.
Para el conductismo el comportamiento humano se rige por los refuerzos y castigos, y estas conductas no dependen de pensamientos o del instinto humano (fenómenos internos) sino que lo hacen por el entorno que rodea al ser humano.
La aplicación del conductismo en psicología
Esta corriente de la psicología incide en que únicamente el comportamiento puede ser estudiado; algo que en la práctica ha derivado en modelos terapéuticos guiados por la solución de los síntomas y en el cambio de comportamientos, y donde un comportamiento positivo se relaciona con refuerzos positivos y al revés.
Los conductistas empleaban habitualmente la observación de animales en sus estudios, ya que los consideraban similares en sus comportamientos a los seres humanos, de ahí que los principios de aprendizaje extraídos se extrapolaran a los humanos.
¿Dónde ha destacado el conductismo?
- Sus mayores intervenciones se han realizado en el campo de la educación, en concreto en los procesos de aprendizaje.
- En el campo de la psicoterapia, el conductismo ha dado lugar a tratamientos clínicos para patologías como la ansiedad, el trastorno obsesivo compulsivo o la depresión, entre otros.
- Una de sus aplicaciones es la terapia de aceptación y compromiso, una alternativa al trabajo psicoterapéutico con pacientes de consultas externas y graves problemas emocionales donde el terapeuta controla absolutamente todo.
- Otra aplicación sería la psicoterapia analítico-funcional, donde se usa la relación terapéutica como una manera de promover el cambio en la conducta del paciente.
No obstante, la principal crítica del conductismo hoy en día es que es complicado medir y comprender la mente humana a través de experimentos realizados en animales. Por eso, actualmente se promueven los modelos cognitivo-conductuales, que aúnan la rama cognitiva (pensamiento) con el conductismo (comportamientos).
Los inicios del conductismo
En 1913, el psicólogo americano John Watson publicó la Manifestación del conductismo, un trabajo en el que afirmaba que el fin de la psicología debía ser el de prevenir y controlar el comportamiento manifiesto de los organismos y no el de estudiar o analizar la conciencia. “La psicología desde el punto de vista conductista es una rama experimental puramente objetiva de la ciencia natural. Su objetivo teórico es la predicción y control de la conducta”, reza el inicio del manifiesto de Watson.
Así, la psicología conductista se oponía a todo lo que había sido la psicología hasta ese momento, un estudio de la introspección donde la conciencia era objeto de estudio frecuente. Para el conductismo sólo las conductas o comportamientos observables pueden ser estudiados, son mensurables, no así los pensamientos o la mente, de forma que estos quedan fuera de la investigación científica.
El ruso Ivan Pavlov, gran promotor de la experimentación animal en este sentido, identificó el aprendizaje por condicionamiento clásico o pavloviano, y consideraba que la subjetividad humana nunca podría ser objeto de análisis o de estudio.
Mientras, el psicólogo norteamericano B. F. Skinner aportó la teoría del condicionamiento operante, donde establece los fundamentos del análisis de la conducta, basada en el aprendizaje, y cómo nuestro comportamiento afecta a nuestros pensamientos.
En definitiva, el conductismo establece que el comportamiento humano es la única base de estudio y los cambios en el mismo solo podrán realizarse si se modifica el contexto, el ambiente en el que se mueve el individuo. Es decir, para saber por qué se comporta como lo hace una persona será necesario observar y analizar los elementos del entorno o del contexto en el que se llevan a cabo dichos comportamientos o acciones.
Todo psicólogo necesita conocer el conductismo y sus bases para la práctica profesional, formación que aporta el Grado en Psicología, el cual facilita comprender, interpretar, analizar y explicar el comportamiento humano.