Cada 5 de junio, desde 1973, la Asamblea General de las Naciones Unidas celebra el Día Mundial del Medio Ambiente. Este año la fecha se centra en el eslogan “Una sola Tierra”, haciendo referencia a una cuestión evidente: galaxias y planetas hay muchos. Tierra solo una, y hay que cuidarla.
La Tierra se enfrenta a una importante emergencia planetaria relacionada con el medio ambiente. A día de hoy, estamos utilizando recursos equivalentes a 1’6 Tierras para sustentar el estilo de vida que tiene la población. Esta forma de vivir genera, además, el 67% de las emisiones de gases de efecto invernadero.
En este sentido, es innegable que los ecosistemas no son capaces de satisfacer nuestras demandas y necesidades: El calentamiento climático crece a ritmo que no permite la adaptación de los seres vivos (personas, animales y naturaleza en general), y la contaminación que se genera afecta cada vez más al aire, el agua y la tierra. Como consecuencia, tenemos aproximadamente 1 millón de especies en peligro de extinción.
Pero, ¿de dónde proviene el lema de #UnaSolaTierra? Según explican en la ONU, “se trata de un eslogan que fue el empleado en la primera Conferencia de Estocolmo de 1972, un evento que puso el medio ambiente en la agenda global y condujo al establecimiento del Día Mundial del Medio Ambiente”[1]. Cincuenta años después, el llamamiento sigue siendo pertinente.
Con esta campaña se pretende concienciar a la ciudadanía sobre la crisis climática que estamos experimentando, a la vez que fomentar la protección y restauración de nuestro planeta a través de comportamientos sostenibles, gestión ambiental y aplicación de la eficiencia energética. En definitiva, anima a vivir de manera sostenible y en armonía con la naturaleza.
De hecho, diversos estudios demuestran que una actividad más sostenible reduciría nuestras emisiones entre un 40 y un 70 % para 2050. Por tanto, transformar nuestras economías y sociedades para hacerlas más inclusivas, justas y respetuosas con la naturaleza es clave para mejorar el futuro del Planeta.
Pero este cambio de mentalidad no involucra únicamente a las personas, sino también a las organizaciones. El Medio Ambiente se ha convertido en una cuestión de primer orden social, económico y político. Y las empresas no podían ser ajenas a esa realidad. “Su interés ha cambiado sustancialmente. Antes era algo desconocido y sin importancia, y ahora se ha convertido en un elemento estratégico de la organización empresarial”, explica María Dolores Cima, bióloga, experta en sistemas de gestión y directora académica de la Maestría en Gestión Ambiental y Energética en las Organizaciones.
En palabras de la propia María Dolores “Como sociedad tenemos grandes retos por delante: la pérdida de biodiversidad, la contaminación del aire, la disminución de recursos esenciales como el agua, … Todos ellos son problemas que requieren ser abordados de manera inmediata. Desde UNIR queremos mostrar nuestro compromiso con la sostenibilidad a través de nuestra esencia, es decir, formando a profesionales que sean capaces de aportar soluciones a estas dificultades que afectan tanto a la salud de los ecosistemas como a la de las personas. Porque sólo tenemos un planeta y queremos ser parte de la solución”.
Medio ambiente y empleabilidad
Al ser una situación que depende de todos los sectores de la sociedad, su solución implica el surgimiento de nuevos espacios. En el marco laboral, se necesitan perfiles que conozcan y trabajen la realidad que se plantea para el futuro del medio ambiente desde un punto de vista profesional.
En la Maestría en Gestión Ambiental online de UNIR se enseñan las herramientas para alcanzar el desarrollo sostenible en las organizaciones. El estudiante conoce el contexto internacional, europeo y español a nivel legislativo y normativo; aprende qué es el ecodiseño y cómo se puede aplicar, cuáles son los contaminantes más importantes que producen las organizaciones y cómo se pueden controlar y reducir y calcular la huella ecológica, de carbono e hídrica. También serán capaces de implantar un sistema de gestión de la energía en la organización donde trabajen.
