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Patricio Vázquez, el alumno de UNIR que perdió su empleo durante la pandemia, pero pudo crear una empresa exitosa y trabajar en un proyecto con la OPS

El estudiante del Máster Universitario en Comunicación y Marketing Político nos cuenta cómo vivió la perdida de su empleo y cómo logro sobreponerse a la crisis.

UNIRAlumni del mes

Patricio Vásquez, un joven del Cañar, fue uno de los cientos de trabajadores ecuatorianos que se quedaron sin empleo por la crisis económica ocasionada por la pandemia. Pero él decidió no darse por vencido. Creó su propia empresa para brindar servicios de comunicación y trabajó para varios clientes durante el confinamiento.

Ahora maneja su compañía y forma parte de un proyecto impulsado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS). La iniciativa busca promover medidas de prevención de contagio del coronavirus en comunidades indígenas del Ecuador.

Pero sus logros no se quedan ahí. Patricio está estudiando el Máster Universitario en Comunicación y Marketing Político en la UNIR. En esta institución educativa ha sido reconocido como ‘alumno del mes’ por su gran labor como comunicador durante la pandemia.

-¿Cómo vivió la pérdida de su empleo durante la emergencia sanitaria?

-Yo trabajaba en el aeropuerto Mariscal la Mar de Cuenca, uno de los tantos lugares golpeados por el confinamiento y las restricciones de vuelos. Los directivos se vieron obligados a despedir gente y entre ellos, estuve yo.

No voy a mentir… En un primer momento me sentí decaído. Pero ese sentimiento duró muy poco. Mis deseos de salir adelante y superar los problemas fueron más grandes. Decidí crear una empresa para brindar servicios en el área donde mejor me desempeño, que es la comunicación. Conseguí algunos clientes, los asesoré en temas de comunicación, publicidad y manejo de redes.

-Durante la pandemia usted decidió emprender, pero también estudiar ¿Por qué eligió justo este momento para continuar con su formación?

-Yo tenía el deseo de estudiar una Maestría hace tiempo, incluso antes de la pandemia. Pero no había logrado encontrar una universidad que esté acorde a la formación que buscaba, ni a mis horarios.  Durante la pandemia, cuando puse en marcha mi empresa, tuve la necesidad de obtener más conocimientos para brindar un servicio de primera. Fue ahí que me enteré de UNIR. Tenían una carrera que acoplaba las áreas de conocimiento que más me gustan: comunicación y marketing político. Así que no dudé en inscribirme y ahora siento que UNIR ha superado por mucho las expectativas que tenía como alumno. Me permite estudiar y continuar trabajando en mi empresa y en un nuevo proyecto que llevó adelante con la OPS.

-El coronavirus no solo le dio las fuerzas de emprender, sino que le permitió trabajar en un proyecto de salud y comunicación de gran envergadura con la OPS ¿Dé que se trata esta iniciativa?

-La Organización Panamericana de la Salud y la Embajada de Canadá en Ecuador pusieron en marcha un proyecto que busca prevenir el contagio de coronavirus en comunidades indígenas del Ecuador a través de una adecuada comunicación. Este colectivo habita principalmente en zonas rurales o territorios protegidos por lo que resulta complicado llegar a él, ellos carecen de información sobre cómo sobrellevar o combatir esta pandemia. Así que el objetivo del proyecto es orientar a los pueblos con mensajes claros de prevención en su idioma nativo. Les llevaremos material audiovisual, cuentos escritos y leídos. Este proyecto tiene un gran alcance. Entre las provincias en las que trabajaremos destacan Morona Santiago, Pastaza y las Islas Galápagos.

-¿Cuáles son los planes a futuro, una vez que se acabe el proyecto con la OPS?

-Son muchos. Quiero reforzar mi empresa de comunicación con todos los conocimientos que adquiero día a día en la universidad y en mi trabajo. Por supuesto, también pretendo graduarme de mi Maestría en Comunicación y Marketing Político en UNIR con buenas calificaciones.  En los próximos años me meteré de lleno en asesoría de imagen, política y campañas electorales. Estos son temas que me apasionan y que ya los he hecho en el pasado. Pero ahora los encararé con nuevas enseñanzas. Sé que lo haré mejor que antes.

-Usted habla de la comunicación como su gran pasión ¿Siempre supo que sería comunicador?

-Siempre. Cuando estaba en el colegio nos enviaron una tarea que consistía en describir nuestras vacaciones. Recuerdo que ese año fuimos con mi familia a Guayaquil a ver un partido de Barcelona – Emelec. Escribí al detalle todo lo que hice en esa ciudad. Cuando mi maestro me entregó la tarea con la calificación, me felicitó. Me dijo que cuando lo leyó sintió que estaba ahí y que sin duda sería un gran periodista.

Yo me tomé sus palabras en serio y me entusiasmó la idea de estudiar comunicación. Cuando les conté a mis papás, no estuvieron de acuerdo y me prohibieron seguir esa carrera. Así que cuando tuve que ir a la universidad les dije que me había inscrito en Derecho, pero no fue así, yo elegí comunicación.

Pasaron unos meses y por casualidades de la vida se enteraron de que no estudiaba medicina. Tuve que convencerlos de que sería exitoso como comunicador y trabajé mucho para demostrarlo. Cuando me gradué conseguí trabajos como asesor y periodista que hicieron que mis padres estuvieran orgullosos de mí. Y sé que aún lo están, pues a pesar de la pandemia he podido seguir cosechando éxitos.

-¿Qué lección le ha dejado la crisis del coronavirus y su pérdida de empleo?

-Me ha enseñado que, a pesar de las dificultades, siempre hay una esperanza. Me permitió poner por delante el valor, coraje y perseverancia. Y sobre todo la fortaleza de ver en los problemas una oportunidad. Yo perdí un empleo durante la pandemia, pero gané más. Ahora tengo mi propia empresa, trabajo en un gran proyecto con la OPS y estoy estudiando una Maestría en UNIR.

 

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