La ganadora del XV Concurso Nacional y X Iberoamericano de Excelencia Educativa, organizado por Fundación FIDAL, ha logrado que su proyecto “Voces que dejan huellas” traspase los muros de su colegio hasta alcanzar resonancia nacional. UNIR recompensó su esfuerzo en pro de la paz con un premio de 10.000 dólares.
Cumplía 33 años justo el día que se anunciaba su nombre como ganadora del XV Concurso Nacional y X Iberoamericano de Excelencia Educativa, organizado por Fundación FIDAL. De premio, 10.000 dólares donados por la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR). Aunque el mayor regalo para Alexandra Angulo Ferrín es que se haya reconocido su labor como mejor maestro nacional entre sus alumnos de la Escuela de Educación Básica Fiscomisional Cristo Rey; y, sobre todo, al trabajo hecho con ellos, ‘Voces que dejan huellas’, cuyo noble objetivo busca educar en la paz a través de un libro de cuentos interactivos.
La ciudad de Esmeraldas, sacudida por la violencia en los últimos tiempos, tiene en una de sus conciudadanas un motivo de orgullo y a una luchadora que, en las circunstancias más complejas, jamás pierde la esperanza y la fe en la educación, “la mejor forma de cambiar el mundo”.
Las páginas digitales del proyecto ‘Voces que dejan huellas’ surgen de la imaginación y la pureza del alma blanca de cualquier niño, guiadas desde el corazón.
Excelencia Educativa
¿Qué le supone recoger la estatuilla Nous de Excelencia Educativa al mejor maestro del Ecuador?
Un gran orgullo por ser la primera vez que una esmeraldeña gana este premio. Que salga el nombre de mi ciudad en las noticias con algo tan positivo, y no por la violencia que sufrimos continuamente, es muy grato para mí. Siento que Dios me está bendiciendo por lo que hago con los estudiantes.
‘Voces que dejan huellas’ trata de favorecer el proceso lector-escritor, la imaginación y la creatividad de los estudiantes a través de la producción de cuentos, incluyendo la tecnología en el aprendizaje. Alexandra Angulo
¿En qué cosiste su proyecto ganador ‘Voces que dejan huellas’?
Trata de favorecer el proceso lector-escritor, la imaginación y la creatividad de los estudiantes a través de la producción de cuentos, incluyendo la tecnología en el aprendizaje. Lo bonito es que son 30 cuentos escritos por niños que reflejan el anhelo común de querer vivir en un lugar donde reine la paz y se pueda salir a la calle.
¿Qué cree ha visto el jurado del Concurso para premiar su proyecto de entre los 95 que participaron?
Pienso que aborda temas que están a la vanguardia. Todos queremos la paz y es materia de reflexión. Por otro lado, estamos inmersos en una sociedad tecnológica donde a los niños se les facilita trabajar con las TICs. La combinación de ambos aspectos en el proyecto ha permitido situar el mensaje de la paz como eje transversal de una serie de cuentos con formato digital. Esto resulta muy atractivo.
Proyecto innovador
Todos esos cuentos fueron recogidos finalmente en un libro ¿Cómo fue el proceso?
Empezamos a escribir en el pizarrón un cuento colaborativo con 30 alumnos, de 7 y 8 años, quienes acudían a su imaginación para aportar de forma conjunta cómo querían que fuesen la historia y los personajes. Yo les orientaba con pautas básicas. Con similar dinámica, luego cada uno escribió su propio cuento. Una vez edité los textos, los niños participaron en la elección de ilustraciones del interior y de la portada. Finalmente, los cuentos se compilaron en un libro que se digitalizó e incluyó contenidos interactivos.
Alexandra Angulo es la primera esmeraldeña en lograr el máximo galardón del Concurso Excelencia Educativa.
¿Y cómo son esos contenidos interactivos?
Ahí es donde entra el factor tecnológico. Cada cuento tiene dos códigos QR, uno enlaza a la voz grabada del pequeño autor narrando su propio cuento. El otro da acceso a juegos y actividades interactivas creadas por mí, para evaluar si el estudiante que leyó o escuchó el cuento lo ha comprendido. El resultado es gratificante.
¿En conjunto, cuánto tiempo invirtió en desarrollar el proyecto?
Hubo un largo camino de un año de borradores, relecturas, correcciones, de diseño con Canva… En este sentido, la colaboración de los padres fue imprescindible para subir los cuentos y las grabaciones de sus hijos a la plataforma Classroom, que es la que utilizaba para poder descargarlos y trabajar con ellos. Cuando todo estuvo depurado, se subió el libro a otra plataforma, HTML5, de acceso libre y gratuito
Por tanto, ¿todos podemos acceder a él?
Sí, no solo es para mi institución, la Escuela de Educación Básica Fiscomisional Cristo Rey, cualquier padre de familia o maestro puede utilizar los cuentos como un recurso pedagógico y didáctico para los niños. Quién sabe si también para motivarles a hacer que sus niños escriban cuentos.
Premiada por UNIR
El esfuerzo, además del reconocimiento, tuvo un premio de 10.000 dólares donados por la Universidad Internacional de La Rioja. ¿Qué le gustaría hacer con ello?
Seguramente invertir en formación. Ampliar conocimiento es muy importante y hay que estar abierto de mente para que fluya por todos los cauces posibles. Por eso pienso viajar y aprender de otras culturas.
Entiendo que igualmente está abierta a la enseñanza en línea ¿De qué manera cree que ésta puede incidir positivamente en la función de enseñar?
La educación online es muy positiva, pero para llegar a ser exitosa se necesita de autorregulación del estudiante. Éste debe ser participativo y tener el compromiso de aprovechar el material didáctico y toda información que le suban a la plataforma. Con esta premisa, los profesores tenemos posibilidades de aplicar metodologías de estudio eficaces, algunas de las cuales facilitan el aprendizaje en situaciones complejas, como la que conlleva estudiar al mismo tiempo que se trabaja.
Alexandra Angulo recibió de Oscar Montero, director de Desarrollo Académico del Grupo Proeduca, un gran cheque por valor de 10.000 dólares donados por UNIR; y de manos de Rosalía Arteaga, presidenta de la Fundación FIDAL, la estatuilla Nous al mejor maestro nacional.
¿Y cómo debe ser la incorporación de la tecnología en las aulas?
La tecnología es potenciadora de destrezas, porque a través de ella podemos hacer que nuestros estudiantes amplíen su aprendizaje y área de conocimiento. Por ejemplo, buscando y analizando información para crear sus propios conceptos. No obstante, su presencia en las aulas debe ser guiada y supervisada, porque de lo contrario puede ser un distractor para el estudiante.
Panorama Educativo
¿Cuáles son las cualidades que cree debe tener un buen profesor?
Debe ser empático, responsable, comprometido y haber desarrollado competencias tecnológicas, las cuales son importantes para la sociedad en la que vivimos. Muy importante, debe ser humano en todo momento y tener esa vocación que te lleva a amar lo que se hace. La persona que ama la docencia siempre se va a esmerar por ejercerla de forma óptima.
¿Qué reformas desde su punto de vista necesita la Educación en Ecuador?
Creo que hay falta de perspectiva. Es frecuente que desde los organismos públicos se intente replicar la metodología exitosa de un colegio privado a uno fiscal o fiscomisional. El problema es que las condiciones sociales de los alumnos son distintas en uno y otro caso. En una institución fiscomisional es habitual tener estudiantes que van a clase sin desayunar y sus padres no tienen empleo. Lo que funcionó bien no se puede multiplicar sin contextualizar y obviando la realidad.
Fue inolvidable la experiencia de estar con otros competidores de gran nivel formativo y con personalidades académicas. Alexandra Angulo
Finalmente, ¿qué más se lleva de su participación en el Concurso?
Fue inolvidable la experiencia de estar con otros competidores de gran nivel formativo y con personalidades académicas. Recuerdo que cuando hice la maestría, estudié la metodología dialogante, y fíjate allí estaba su teórico, Julián de Zubiría, a quien nunca pensé conocer. Que Fundación FIDAL nos dé este espacio de aprender con gente tan ilustrada en pedagogía y metodología es un regalo. Todo ello me anima a volver a presentarme dentro de dos años.
Ahí queda la intención de Alexandra Angulo Ferrín de volver a participar. También deja su ejemplo y valentía al abordar un proyecto noble y ambicioso, educativo y social, impulsado por la vocación docente y el amor a sus pequeños alumnos y a su comunidad esmeraldeña.
